Vitoria - Como si se hubiesen metido en un túnel del tiempo que les llevase de regreso al pasado, muchos son los alavesistas que afirman con rotundidad que la actual versión de su Glorioso les recuerda al histórico equipo que consiguió el ascenso a Primera División en la temporada 1997-98 y que sería el germen del que brotaría el mejor Deportivo Alavés de la historia. Conversaciones de ascensor, encuentros por la calle, discusiones de barra de bar y encuentros en las gradas de Mendizorroza evocan el mismo recuerdo de aquel equipo de Mané, un grupo de jugadores mayoritariamente desconocidos para el gran fútbol, pero que escribieron las más brillantes páginas de la leyenda albiazul y también momentos memorables en el gran libro del balompié. Pieza indispensable de aquel histórico equipo fue Hermes Aldo Desio. Para el argentino la distancia física desde su regreso a su país natal no se ha convertido en distancia emocional. El Deportivo, como él siempre lo ha llamado, sigue siendo su día a día. Y cuando se le requiere al teléfono no pone impedimento alguno. “Yo por el Deportivo, lo que sea. Es un orgullo que la gente se siga acordando de uno después de tantos años y que le llamen para estas cosas tan bonitas como la que estamos viviendo. Tanto mis amigos de Vitoria como yo, aunque sea desde lejos, estamos todos disfrutándolo y tensionados. Es un objetivo tan bonito y que está tan cerca que genera este tipo de ilusión. Todos estamos entusiasmados porque el equipo da la sensación de ser duro y competitivo. Siempre tienes el miedo de que se dé la vuelta a la tortilla, pero tengo fe de que se va a conseguir el ascenso”, asegura el protagonista.
El propio Desio alude a esa tendencia del alavesismo que bien podría bautizarse como el Espíritu del 98 para entrar en la comparativa de dos equipos que comparten muchas similitudes. Competitivos a muerte, trabajadores, implicados, lejos de ser los más brillantes futbolísticamente o en cuanto a talento, pero siempre los primeros en cuanto a esfuerzo y sacrificio. Dos versiones del Alavés con las que nadie podía a contar a priori para el ascenso a Primera, pero que con el correr del calendario fueron engrandeciendo su figura. El de Mané hasta conseguir el ascenso; el de José Bordalás, a las puertas de repetir semejante logro por quinta vez en la nonagenaria historia de la entidad del Paseo de Cervantes.
Para el argentino, entonces la clave estuvo en el trabajo diario, en no creerse más que nadie y en seguir con humildad dando lo máximo cada semana en los entrenamientos después de cada victoria. “La clave de aquella temporada fue el día a día. Lo que nos llevó a Primera División fue el día a día, el trabajo continuo. Ganábamos un partido y seguíamos trabajando toda la semana igual; ganábamos el siguiente y seguíamos igual; y así sucesivamente. El trabajo del día a día fue el que nos llevó hasta donde nos llevó. Siempre digo que éramos un congreso de desahuciados, pero ahí estábamos. Como nadie creía ni apostaba por ello, lo logramos”, asevera el jugador sudamericano desde su Argentina natal.
Desde la distancia, Desio sigue el día a día albiazul a través de sus amigos, la página web del equipo y los medios de comunicación locales. “Hay muy pocas cosas que se me escapan de la actualidad y cuando alguien me cuenta algo rara vez me pilla por sorpresa”, reconoce. La tecnología le permite seguir también todos los partidos del que sigue considerando su equipo -“Yo pasé cinco años en un grande de aquí como Independiente, pero lo mejor me quedó en Vitoria”- y, como entrenador que es -actualmente es el coordinador de la categoría juvenil de Estudiantes de La Plata y su gran sueño es regresar a Mendizorroza para ponerse al frente del equipo de su corazón- su juicio tiene peso.
serio, ordenado y competitivo “Este Alavés tiene marca de equipo de Segunda División. En esta categoría siempre hay que ser, en el buen sentido, agresivo. Y lo más importante es ser serio defensivamente. Y yo los veo muy serios, muy ordenados. Es un equipo que da la sensación de que tiene ese espíritu que nosotros también teníamos y que nos llevó tan arriba. Ahora hay algo más de plantel que en nuestra época, con mejores jugadores que la banda que éramos nosotros, pero lo más importante es que veo ese carácter competitivo y esas ganas que hacen que el equipo sea mucho mejor”, asegura por teléfono.
Más allá de los parámetros tácticos o del juego, insiste el argentino en esa capacidad que ha mostrado esta versión de su Deportivo para amoldarse a las exigencias de una categoría en la que lo bonito no siempre es lo mejor. El recuerdo de aquel Alavés de Mané es la mejor evocación: “Es un equipo que resulta más efectivo que otra cosa. Normalmente, convierte alguna de las ocasiones que tiene y es muy difícil hacerle un gol. Se ha convertido en un equipo efectivo. Pero, más allá de eso, yo veo un equipo que ha entendido lo que es competir en esa categoría. Después de todos los sufrimientos que hemos tenido, se encontró esa horma de su zapato”.
En este sentido, Desio alaba la figura de Bordalás, del que valora el buen trabajo durante años en la categoría de plata y el sensacional rendimiento que en estos momentos le está sacando al Glorioso. Por eso, no entiende que se pueda criticar que el juego que está desplegando el equipo no sea vistoso cuando en el deporte profesional lo único que importan son los resultados. Con el argumento de la victoria sobre la mesa, el resto es accesorio.
“Es un entrenador que ya lo hizo muy bien en el Elche o en el Alcorcón y ahora en su etapa en el Alavés estamos todos muy contentos con él porque ha demostrado que conoce muy bien la categoría y sabe perfectamente lo que hay que hacer. A uno le gustaría jugar bonito y golear; sería bárbaro. Sería fantástico gustar, ganar y golear, pero mientras que ganemos y nos lleve al objetivo, ¿qué le vamos a pedir? Yo hoy quiero ascender, que estos chavales y el Deportivo vuelvan a Primera División. El juego bonito, honestamente, me interesa muy poco. Yo quiero ver al equipo en Primera, jugando con los grandes otra vez. Después, una vez que consigues el objetivo, los equipos se pueden transformar porque el fútbol no es el mismo en una categoría que en otra”, asegura el argentino.
El próximo 16 de mayo se cumplirán quince años de la página más brillante de la historia alavesista, la final de la UEFA. Desio, protagonista de una noche bañada en lágrimas, ya tiene elegido el mejor obsequio para dicho aniversario. “Sería muy bonito celebrar el cumpleaños con el ascenso”. El Espíritu del 98 sopla en las velas del presente albiazul.