vitoria - 900 minutos. 15 horas. Una decena de partidos. Diez auténticas finales, en definitiva, repartidas en los dos próximos meses en las que el Deportivo Alavés tratará por todos los medios de hacer realidad el sueño del que lleva colgado prácticamente desde que arrancó el curso el pasado -y lejano ya- mes de agosto. Y es que después de que las dos últimas victorias conquistadas a domicilio ante Córdoba y Albacete le hayan devuelto a lo más alto de la clasificación de la categoría de plata con dos puntos de ventaja sobre su más inmediato perseguidor y nada menos que ocho sobre la frontera que delimita las posiciones de play off, el conjunto de Mendizorroza se va a dejar la piel para intentar que esta foto fija se mantenga inamovible y se repita a la conclusión de la temporada regular el primer fin de semana de junio. Ello supondría la consecución del anhelado ascenso y el regreso a la élite del fútbol español después de resurgir del pozo en el que estuvo purgando sus pecados hace no demasiado.

Pero para llegar sin accidentes hasta el final del camino conviene ir paso a paso y evitar a toda costa unas prisas que casi nunca suelen ser buenas consejeras. Con la ventaja de partir desde la pole position y contar con margen para poder sobreponerse a hipotéticos despistes, el combinado de José Bordalás debe afrontar cada uno de los diez encuentros que le quedan por delante como si de una final se tratara para ir sumando nuevas piezas al botín que le devuelva a Primera División lo antes posible.

Tras dos jornadas consecutivas alejado de Mendizorroza en las que las cosas no le han podido salir mejor -ha firmado un pleno de seis puntos sobre los seis posibles-, El Glorioso regresa este domingo a su feudo con el doble desafío de mantener la racha positiva y, lo que es casi más importante, reencontrarse con la victoria local. Un éxito del que no ha podido disfrutar desde el pasado 7 de febrero, cuando se impuso al Llagostera (1-0). Desde entonces, no ha podido pasar del empate en sus choques con Almería (1-1), Zaragoza (0-0) y Lugo (0-0). Para cerrar este capítulo poco productivo, el cuadro vitoriano tendrá que superar a un Tenerife que llega a la cita tras vencer al Lugo. Los insulares, en cualquier caso, se mueven en tierra de nadie (13º con 45 puntos) al estar virtualmente salvados y tener remotas opciones de pelear por el ‘play off’.

Una semana más tarde, la escuadra del Paseo de Cervantes retomará las maletas para visitar en esta oportunidad al Girona, un conjunto que atraviesa una situación parecida al Tenerife. De hecho, cuenta también con 45 puntos en su casillero en estos momentos. Se trata, por lo tanto, de dos citas ante adversarios, al menos a priori, sin la tensión que acompaña a aquellos que se juegan algo importante (caso del Alavés) en cada partido.

El tercer capítulo de este particular sprint final enfrente al Glorioso con el Elche, de nuevo en Mendizorroza. Los alicantinos son actualmente octavos con 48 puntos pero a lo largo de todo el curso les ha acompañado la irregularidad. El siguientes desplazamiento llevará a los albiazules hasta Mallorca para medirse a un rival que, sorprendentemente, se ha visto obligado a pelear por eludir el descenso pero que, a esas alturas, puede haber logrado ya su propósito. A renglón seguido, recibirá a un Valladolid que no termina de enlazar con la cabeza de la tabla y que podría esta apurando sus últimas opciones de hacerlo. Una situación similar a la del Alcorcón, actualmente sexto, a donde deberá viajar el Alavés una semana más tarde.

En el tramo final de la Liga los de Bordalás jugarán contra dos equipos de la zona baja (Ponferradina en León y Athletic B en San Mamés) que probablemente tenga definido su futuro para entonces, uno de la zona media sin nada en liza (el Numancia en Vitoria) y otro que previsiblemente estará en la pelea por las primeras plazas (el Nàstic). Así pues, sería más que recomendable que el ascenso estuviese cerrado antes de esa última salida.