Vitoria - Los focos del alavesismo apuntaban ayer directamente a la figura de un Pau Torres al que a mediados de marzo, y con siete meses ya disputados de temporada, le tocaba estrenarse en la portería albiazul. La figura de Fernando Pacheco bajo los palos albiazules se ha convertido en una referencia en el presente curso y el cancerbero extremeño se ha ganado un aura de divinidad bien merecida por las muchas veces en las que ha sido decisivo salvando al equipo, y en su estreno en el fútbol profesional el guardameta barcelonés que destacó en el Lleida no tenía un papel sencillo en la labor de suplir a su idolatrado compañero. Salvó los papeles Torres echando el candado de nuevo a la meta vitoriana dentro de un partido en el que tuvo que intervenir en un par de ocasiones en los primeros minutos para posteriormente no sufrir en exceso. Sacó a relucir en dos disparos de Campillo sus buenos reflejos, demostró seguridad en sus intervenciones y echó mano de calma y templanza para no complicarse en absolutamente nada.

Llevaba Pau Torres diez meses sin disputar un partido oficial, pero en nada se le notó tanto tiempo de inactividad. Son los porteros jugadores acostumbrados a tomar la alternativa en las situaciones más peliagudas y no le pesó al barcelonés tanto tiempo sin disfrutar de un partido. Y eso que, precisamente, en los primeros minutos del duelo con el Lugo fue cuando pasó por sus mayores momentos de apuro.

Fue Campillo, un genial centrocampista cedido por el Villarreal de esos que pronto darán que hablar en El Madrigal, quien por dos veces probó los reflejos del cancerbero alavesista. Primero con un disparo envenenado que botó justo delante del guardameta para que lo despejase a córner en el minuto 12. Y también a saque de esquina mandó con el puño un remate del mismo Campillo prácticamente desde el centro del campo en el que Torres hubo de correr hacia atrás y sacar la mano justo cuando el balón se colaba.

En cuanto a paradas, ahí se acabó el trabajo de un portero que en la segunda parte se llevó un susto por un mal despeje de Asier Benito y que estuvo seguro con el pie y sin meterse nunca en complicaciones.