Horrible defensa. El trabajo atrás es casi siempre una de las mayores virtudes de este Deportivo Alavés, pero el naufragio en Pamplona fue catastrófico. La lentitud de algunas piezas, casos de Estrada o Pelegrín, fue determinante y Osasuna aprovechó a la perfección su velocidad para llevarse el derbi.

Otro arbitraje nefasto. El cuadro albiazul sumó ayer otro arbitraje del que poder quejarse por la falta de un rasero ecuánime a la hora de castigar a los dos contendientes. El penalti con segunda amarilla de Mora fue tremendamente riguroso, pero más grave aún fue que no expulsase a Berenguer por una clara agresión.

Descalabro. El Alavés sufrió ayer un duro golpe con una derrota cuando se había puesto por delante en el marcador, pero fueron sus propios errores, y un arbitraje de nuevo tendencioso, los que echaron por tierra sus opciones. La defensa estuvo lentísima y concedió muchas ocasiones y en la segunda parte faltó empujar un poco más. Hay futbolistas que lanzan señales claras de que no están para jugar.

Pamplona - El Deportivo Alavés ha alquilado una habitación en el infierno y no es capaz a abandonar ese entorno de enorme sufrimiento propiciado por la acumulación ya de cinco jornadas consecutivas sin conocer la victoria. Rozó el cielo El Glorioso ayer en El Sadar cuando Raúl García puso el 0-1, pero el momento de éxtasis fue pasajero. Y cuanto más alto se sube, y durante unos instantes el alavesismo estuvo en las nubes, más fuerte es la caída. El desmoronamiento defensivo que vino a continuación, alimentado por un nuevo arbitraje, el de González Fuertes, digno de reprobación por el claro desequilibrio en el rasero de sus decisiones, echó por tierra el sueño del triunfo antes siquiera del descanso. Un penalti para empatar que vino acompañado de la expulsión de Mora -decir que fue riguroso es quedarse muy corto- igualó el derbi. La lentitud de la zaga albiazul -y una clarísima roja a Berenguer que el colegiado se dejó en el bolsillo- acabaron determinando la derrota.

Con las recuperaciones de Pelegrín y Mora, recompuso Bordalás el que es su once tipo, con la única salvedad de Estrada supliendo a Carpio. Al contrario de la costumbre, el cuadro albiazul tuvo que pasar por una fase de sufrimiento en unos primeros compases en los que Osasuna trató de explotar su calidad arriba. Un disparo de Nino rechazado por Pacheco y un remate de Vera al lateral de la red fueron los primeros avisos.

Salvó el Alavés esos apuros para buscar sus opciones mediante un Dani Pacheco que puso buenos servicios. En uno de ellos, Juli le ganó la espalda a la defensa, su remate golpeó en el palo y Raúl García fue el más listo para adelantarse y remachar el 0-1.

Salía el sol para el alavesismo. Nadie podía presagiar la tormenta que se desencadenaría segundos después. El cuadro rojillo había detectado perfectamente los problemas defensivos de Estrada e incidió por ese carril. El castigado por la lentitud del lateral fue Mora, que en las coberturas recibió una primera amarilla antes de cometer un penalti sobre De las Cuevas -hizo mucho el osasunista por tirarse, pero el albiazul puso las manos donde no debía- que supuso la segunda amonestación y la consiguiente roja. A los 25 minutos Torres empataba; el duelo se volvía rojillo.

Como suele ser su costumbre cuando el equipo sufre una expulsión, Bordalás no optó por un cambio rápido y recompuso el centro del campo reubicando allí a Toquero. Lejos de la idea de pertrecharse atrás y resistir, el cuadro albiazul siguió buscando sus opciones. El riesgo fue esta vez penalizado.

Una pérdida de Estrada incomprensible, una rápida contra de un Vera que le ganó en velocidad a Pelegrín y el 2-1 en el minuto 41. Apenas unos segundos después debió el colegiado haber expulsado a Berenguer por una patada sin balón a Manu García, pero de nuevo salió a relucir esa diferencia de criterio que manejan los árbitros dependiendo de quién realiza la infracción. Casi acto seguido llegó el tercer tanto navarro, en una nueva pérdida y salida rápida en la que Nino ganó la espalda a la defensa. El tortazo al descanso era monumental.

Pese a la diferencia en el marcador, no quiso El Glorioso que en la segunda parte corriesen los minutos como si tal cosa. Con el impedimento de contar con un jugador menos, el cuadro albiazul buscó sus opciones mediante la velocidad de un Femenía que por fin se activó y también en el balón parado. La mejor ocasión la tuvo Bernardello al empalmar una volea lejana, pero ni la suerte acompañó al despejar un defensa bajo palos y mandar el balón al larguero.

La sensación del querer y no poder de los alavesistas se apoderó de una segunda parte en la que Osasuna ni siquiera se dedicó a hacer sangre. No se le puede achacar al equipo que no lo intentase, pero el esfuerzo le dio de sí lo justo. Sigue el equipo anclado en un habitáculo del infierno del que hay que encontrar salida cuanto antes.

El gallego fue el único que se salvó de todo el entramado defensivo y, además, aportó su chispa de las últimas jornadas en ataque. Por si fuera poco, marcó su cuarto gol del curso.

Su lentitud es exasperante y genera enormes problemas a la defensa. Osasuna detectó muy bien la debilidad por su flanco y atacó con insistencia por ese lado haciendo mucho daño.

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0-1, minuto 18: Raúl García. Disparo al palo de Juli y el lateral gallego se adelanta a todos por la izquierda para sacar un remate alto y preciso.

1-1, minuto 26: Torres, de penalti. El colegiado castiga un derribo de Mora sobre De las Cuevas y Torres transforma con tranquilidad de disparo raso cuando Pacheco ya se había tirado. 2-1, minuto 41: Vera. Balón regalado por Estrada y Osasuna saca una rápida contra en la que Vera le gana la partida a Pelegrín y saca un disparo cruzado y pegado al palo. 3-1, minuto 44: Nino. Recuperación de Osasuna y balón largo de Torres a la espda de la defensa que Nino define a pesar de que Laguardia casi salva.

Expulsó por doble amarilla a Mora (minutos 19 y 25). Amonestó a Torres (minuto 7), Berenguer (minuto 43), Manu García (minuto 46), De las Cuevas (minuto 54), Raúl García (minuto 63), Oier (minuto 72), Bernardello (minuto 76), Olavide (minuto 80) y Benito (minuto 82).

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