Vitoria - Hace un par de semanas, cuando fue inquirido, José Bordalás aseguró que no cree en la necesidad de las rotaciones y que su idea de equipo se iba a mantener prácticamente invariable mientras se mantuviesen los buenos resultados. Basta echar una ojeada a la experiencia del técnico alicantino al frente del banquillo del Deportivo Alavés para darse cuenta de que la afirmación la sigue a rajatabla. El preparador albiazul es de los que piensan que las cosas no deben tocarse si están funcionando y la premisa la ha mantenido invariable con su apuesta casi permanente por un núcleo de jugadores muy reducido que va poco más allá de su once de gala. La disyuntiva se le presenta ahora al entrenador levantino, ya que, resultados al margen, el devenir de su equipo en las últimas semanas es decadente. La chispa del primer tramo del curso ha abandonado a unos cuantos jugadores que están atravesando por un mal momento y habrá que ver si, más allá de la obligación, Bordalás opta por cambios significativos para afrontar la visita del domingo al Leganés, donde el liderato de la Liga Adelante estará en juego.
De partida en Butarque está la obligación. Y El Glorioso se verá privado en su visita al segundo clasificado de dos piezas básicas como Víctor Laguardia -ayer se concretó su sanción por cinco amarillas- y Gaizka Toquero -el esguince de tobillo que sufre le imposibilita, aunque el club tratará que viaje-, indiscutibles siempre que han estado disponibles. El vitoriano ya lleva unas cuantas semanas de capa caída y el descanso no le vendrá nada mal, pero el central maño está en un momento excepcional y su ausencia es muy grave.
Laguardia solo se había perdido un partido en toda la temporada cuando cumplió su primer ciclo de cinco amarillas. Ante el Girona, Einar fue el elegido por Bordalás. La solución duró 28 minutos, ya que el vitoriano fue expulsado. Entonces, el preparador alavesista no optó por dar entrada a Aritz Borda de manera inmediata y solucionó en entuerto ubicando como central de emergencia a Manu García.
Vista la situación del equipo, no sería de extrañar un recurso de este tipo en Butarque, aunque lo más lógico es que el alicantino apueste de inicio por un central puro. Entre Einar y Borda, el primero es quien ha gozado de mayor confianza por parte del técnico, aunque en los tres últimos partidos ni siquiera ha entrado en convocatoria. El canterano solo ha participado en cinco partidos (220 minutos), pero sus registros superan ampliamente a los del guipuzcoano, que solo acumula 78 minutos en los dos partidos que ha pisado el césped.
Precisamente, fue el partido de la primera vuelta ante el Leganés el que marcó a Borda. Entonces le tocó ser titular por la baja del lesionado Pelegrín, pero un problema muscular le llevó al vestuario en el minuto 78. Desde entonces, su única presencia llegó en el descuento del partido contra el Girona, cuando salió para perder tiempo. Eso sí, en las dos convocatorias anteriores al partido contra el Almería, fue el elegido por el entrenador para ocupar el banquillo por delante de Einar.
frescura perdida arriba La solución en el centro de la zaga no se presenta para nada sencilla, una cuestión que sí parece serlo en la punta del ataque. Manu Barreiro lleva desde el parón navideño ofreciendo un buen rendimiento cada vez que ha saltado al césped y en Butarque podría disfrutar de su sexta titularidad en sustitución de un Toquero que lleva unas cuantas semanas -desde que sufrió un problema muscular en Soria del que, sorprendentemente, se recuperó a tiempo para jugar ante el Nàstic en un partido en el que se pudo comprobar que no estaba en condiciones de jugar- pidiendo descanso a gritos. El pichichi albiazul basa su juego en su potencial físico y cuando no está a tope se ve mermado.
Los de Laguardia y Toquero serán relevos obligados por las circunstancias, pero habrá que ver si Bordalás opta por mover aún más el árbol en un partido de semejante trascendencia en el que ya cuenta con dos bajas importantes. Jugadores como Carpio, Pelegrín, Femenía o Dani Pacheco no atraviesan por su mejor momento de forma y se les nota faltos de frescura en las piernas, cuestión que se nota sobre todo en los atacantes.
Con la baja de un central, la defensa seguramente no se tocará más, pero en vanguardia se podrían producir nuevos relevos que añadir al de Toquero. En las últimas jornadas, al Alavés le está costando muchísimo generar ocasiones y ya en la última media hora contra el Almería, con Llamas, Barreiro y Abalo ingresados en el campo como refrescos, el peligro ofensivo se incrementó muchísimo. Los tres citados son alternativas que Bordalás tiene sobre la mesa, al igual que las de Iñaki -ya jugó en Miranda- o Guichón.
La disyuntiva de las rotaciones no resulta nada sencilla para el técnico, menos aún en el duelo con el que ahora es el gran rival directo por el liderato, y en su decisión, de una u otra manera, residirán buena parte de las opciones de éxito o de las razones del fracaso del equipo en su visita al Leganés.