Vitoria - En Segunda División la crisis económica es cuestión ya pasada. Al menos eso se puede deducir del florecimiento de un mercado invernal que se ha escapado de la austeridad general que había marcado el zoco de enero en las temporadas precedentes. El nuevo contrato televisivo, que los clubes van ingresando puntualmente cada mes, ha permitido el saneamiento de muchas arcas anteriormente esquilmadas por las deudas y en permanentes números rojos. El control presupuestario implantado por la Liga de Fútbol Profesional sigue siendo un corsé que limita los movimientos mediante un techo de gasto, pero ese tope es ahora mucho más holgado para todos los equipos por el dinero que entra a espuertas procedente de las televisiones. E, incluso, la normativa se puede esquivar si se realizan inversiones monetarias que no tengan incidencia directa en las cuentas, una cuestión que hace dos temporadas ya acometió el propio Deportivo Alavés -Rafael Pedreira puso 250.000 euros de su bolsillo- para acometer entonces cuatro incorporaciones. Con más parné en el bolsillo para invertir también se han cerrado muchos más fichajes.
En las campañas 2013-14 y 2014-15, las dos que lleva el Deportivo Alavés en Segunda tras su ascenso, el mercado invernal se había caracterizado por la escasez de movimientos. Muy pocas incorporaciones, casi siempre en forma de cesiones para abaratar los costes, y más bajas que altas. En la primera de ellas se produjeron cincuenta incorporaciones, mientras que en la segunda la cifra cayó hasta las 39, un mínimo histórico. Este año se han superado las setenta, por lo que se vuelven a registrar cifras similares a las de 2013, cuando los clubes no tenían que rendir cuentas ante la LFP y gastaban dinero a espuertas aunque sus arcas estuviesen vacías. Esa tendencia inversora se repite ahora, pero en esta ocasión con la seguridad de los ingresos televisivos que han potenciado el fútbol español después de unos años de oscuridad.
Mantenerse o mejorar Dentro de la Liga Adelante se pueden apreciar dos tendencias bien diferenciadas. Por un lado, la de los clubes que marchan bien y han buscado retoques que les permitan seguir arriba. Por otra, la de los que están por debajo de las expectativas y lo han apostado todo al mercado invernal para tratar de revertir su mala situación. Los del primer grupo han buscado complementos para equipos que ya están ofreciendo un buen rendimiento, mientras que en el caso de los segundos se han producido auténticas revoluciones.
La palma se la lleva el próximo rival del Alavés, un Llagostera que ha concretado siete incorporaciones -y seis bajas- para tratar de escaparse de la amenaza del descenso a Segunda División. El equipo gerundense fue la gran sorpresa de la pasada campaña, pero en el actual curso la lógica -por lo menos la económica, que lo señala como uno de los equipos más modestos de la competición- se está imponiendo y se encuentra hundido en el penúltimo puesto, del que ahora pretende escaparse con la inversión extraordinaria que ha efectuado.
El Llagostera es el que más ha fichado, pero si algo destaca es la gran inversión que ha efectuado el Mallorca. La llegada de Robert Sarver, propietario de los Phoenix Suns de la NBA, ha supuesto tirar la casa por la ventana. Más de 600.000 euros invertidos en traspasos -más unas cuantas fichas de elevado coste- para contratar a tres de los mejores delanteros de la Liga Adelante (Lago Junior, Ortuño y Óscar Díaz), además de Salomao, Pol Roigé y Colunga. Todo ello aderezado por la contratación para el banquillo de Fernando Vázquez.
Esa tesitura del Mallorca, aunque lejos de las cifras millonarias del conjunto balear, se ha repetido en Zaragoza, Almería o Valladolid. Todos ellos eran clubes llamados a pelear por el ascenso o, como mínimo, el play off y se encuentran muy lejos de conseguirlo. Los tres han realizado muchas incorporaciones y han buscado nombres importantes (Ros, Lanza, Culio, Rennella, Roger, Uche...) para buscar un cambio de tendencia.
equipos debilitados En la zona alta, la mayoría de los equipos, entre ellos el Alavés, han optado por pequeños ajustes en sus plantillas y se han movido entre una y tres incorporaciones. Las dos únicas excepciones son Nàstic y Elche, que han apostado fuerte para la segunda vuelta y también han cerrado seis y cinco altas, respectivamente, en el caso de los catalanes pagando incluso 150.000 euros por un traspaso. En el lado contrario hay que situar al Lugo, el único equipo de la Liga Adelante que no se ha movido en el mes de enero.
Casi todos los equipos se han reforzado mucho, pero en algunos casos las bajas han sido muy relevantes, ya que hay entrenadores que se han visto privados de piezas que eran fundamentales en sus esquemas. La irrupción del Mallorca cual elefante en cacharrería ha supuesto ingresos millonarios para Mirandés y Numancia al haber abonado el club balear las cláusulas de rescisión de Lago Junior y Óscar Díaz, pero burgaleses y sorianos han perdido a dos referentes. Los de Carlos Terrazas tratarán de llenar ese hueco con Aridane Santana, mientras que los de Jagoba Arrasate cuentan con un permiso especial de la LFP por ese pago íntegro de la cláusula de Óscar Díaz que les da un margen de un mes más para fichar. La Segunda División también ha perdido en enero a un histórico como Yuri, que abandonó la Ponferradina por el fútbol chino. Y es que el fútbol español ya se ha escapado de la crisis, pero las mareantes cifras del mercado asiático siguen siendo inalcanzables para el común de los mortales.