Vitoria - La habitual junta de accionistas celebrada por el Deportivo Alavés el pasado martes sirvió, entre otras cosas, para confirmar el final de la condena que ha lastrado la capacidad de movimientos de la institución durante los últimos cinco años como consecuencia de la nefasta gestión anterior de Dmitry Piterman que a punto estuvo de provocar su desaparición. El concurso de acreedores está a punto de ser agua pasada. El pasado mes de septiembre se solicitó formalmente su archivo en el juzgado y Alfonso Fernández de Trocóniz confirmó que espera recibir una respuesta positiva “en breve”. Llegados a este punto, resulta inevitable realizar un balance de este periodo.
Cuando entramos al club conocíamos la situación del concurso y lo que era un poco la situación del día a día del club. Lo que desconocíamos era el importe de la deuda postconcursal, que eso sí que fue una cuestión no prevista. Sabíamos que podía existir pero no en los niveles que había. Eso sí que fue más complicado pero al final la solución que se buscó en su momento con el plan de saneamiento tendía a mitigar ese efecto y lo que ha habido más que nada han sido tensiones de tesorería pero el plan de saneamiento se ha cumplido y sobre todo han acompañado mucho la masa social del Deportivo Alavés, los patrocinadores privados y el indudable apoyo institucional que ha sido clave”, resumió el presidente albiazul.
A lo largo de estos años, El Glorioso ha vivido subido a una montaña rusa de emociones que le ha conducido de lo más alto a lo más bajo sin solución de continuidad. “El momento más crítico que padecimos fue el de volver al fútbol profesional. Teníamos sobre la mesa una amenaza de ampliación de capital que habría hecho inviable la continuidad del club. Salvar esa situación quizás fue el momento más complejo”, rememoró Trocóniz.
El máximo dirigente del club se refirió también a la situación actual del Alavés, totalmente contrapuesta a la que se encontró tanto en lo económico como en lo deportivo. En este último apartado, valoró lo que supone disfrutar del liderato. “Es generar ilusión tanto en la ciudad como en la afición y volver a dotar al club de la credibilidad que siempre ha tenido en las instituciones deportivas y no deportivas. Reafirma un poco que las cosas se están haciendo bien y da credibilidad al proyecto y a sus gestores”, señaló. No obstante, quiso empeñarse en llevar a cabo un baño de realismo. “Nuestra prioridad absoluta, igual que prácticamente la de los 21 equipos restantes de la categoría, es llegar a los 50 puntos y a partir de ahí ya hablaremos. Estoy encantado de ser líder e ilusionado pero también soy realista y sé lo que puede pasar. Basta recordar que ha habido líderes en la categoría que ahora están en una situación complicada o mirando más abajo que arriba en esta misma temporada”, advirtió.