0-1, minuto 60: Toquero. Falta desde la izquierda de Dani Pacheco, el vitoriano le gana la partida a una defensa muy pasiva y bate a Santamaría de cabezazo picado abajo.
Amonestó con cartulina amarilla a Toquero (minuto 9), Yuri (minuto 20), Manu García (minuto 34), Estrada (minuto 57), Baró (minuto 59), Pelegrín (minuto 67), Jonathan Ruiz (minuto 69), Femenía (minuto 71), Laguardia (minuto 76) y Pacheco (minuto 88).
1
Ponferrada - El Deportivo Alavés ha alzado el vuelo y se muestra ya como un equipo imparable que domina desde las alturas la Segunda División. El Córdoba, con su derrota el viernes, había abierto un resquicio para acceder al liderato y El Glorioso abrió la puerta a golpetazos. Como acostumbra. Sufriendo con esos marcadores ajustados en los que ha demostrado manejarse a la perfección. También con fortuna en algunas acciones en las que la Ponferradina erró lo que parecía imposible fallar. Pero, sobre todo, con muchos minutos en los que aplastó a un rival incapaz de sobreponerse a ese fútbol albiazul que es como un alud. Y, a pesar de desaprovechar los mejores momentos en la primera parte, el equipo de José Bordalás fue de nuevo capaz de pegar fuerte con el mazo justo en el momento en el que peor lo estaba pasando. La sociedad entre Dani Pacheco y Gaizka Toquero se repitió otra vez a balón parado en el minuto 60 y a partir de ese momento el conjunto vitoriano exhibió templanza y seguridad de nuevo para conquistar una nueva victoria en un campo hasta ayer era inexpugnable.
La única variante en la alineación de Bordalás vino marcada por la obligada ausencia del sancionado Raúl García y el preparador alicantino volvió a recurrir a la misma solución que anteriormente había adoptado ante la ausencia del lateral izquierdo gallego. Es decir, Javi Carpio en el flanco opuesto a su posición natural -una posición que, curiosamente, le tocó ocupar en muchas ocasiones durante su anterior etapa en Ponferrada- y la entrada de Dani Estrada como lateral derecho. Los otros diez, los ya habituales de todas las semanas.
Como esa máquina bien engrasada que ya es, el cuadro albiazul tuvo un arranque muy bueno y se fue sin miedo a buscar a su rival aplicando su tradicional propuesta de juego vertical, un estilo que también maneja el equipo leonés. Así, desde el comienzo se perfiló un duelo de ida y vuelta con un ritmo trepidante en el que el balón circulaba de un lado a otro a toda velocidad, pero era el cuadro vitoriano el que transmitía mayor sensación de peligro al ser capaz de acercarse al área e inquietar a Santamaría en sus rápidas salidas a la contra tras recuperación.
El paso de los minutos no hizo más que acrecentar ese dominio visitante, metiendo el miedo en el cuerpo de la afición berciana con la insistencia en las llegadas al área. Era el momento de El Glorioso ante un rival incapaz de detener ese torrente ofensivo. Una vez más, un martillo pilón repetitivo en el percutir sobre un yunque leonés que amenazaba con saltar en mil pedazos en cualquier momento ante la presión a la que se estaba viendo sometido.
Consiguió resistir el conjunto de Manolo Díaz a esa situación de jaque constante a la que durante más de media hora le sometió el Alavés y en los minutos finales fue capaz de revertir la situación negativa y crear dos ocasiones clamorosas con muy poco juego y aprovechando la debilidad defensiva de Estrada y la incapacidad vitoriana de sacar el balón de su área. En la primera, Caiado echó el balón fuera de manera incomprensible, mientras que en la segunda Manu García salvó bajo palos el cabezazo de Casado.Ninguno de los dos contendientes fue capaz de aprovechar sus opciones y las tablas se mantuvieron cuando se alcanzó el descanso.
manual de resistencia Regresó el equipo de Bordalás al verde con la intención de reemprender su acoso al cuadro berciano, pero fue la Ponferradina la que de nuevo estuvo a punto de marcar con un disparo de Khomchenovsky al palo tras aprovechar otra vez la endeblez defensiva de Estrada y se repitió la misma sensación de naufragio que el cuadro albiazul ya vivió ante Valladolid y Alcorcón.
Revivió el Alavés a la contra, pero Toquero estrelló un mano a mano contra Santamaría. No perdonó a la siguiente el punta vitoriano, reeditando la sociedad con Dani Pacheco. Saque de falta del malagueño para que el pichichi albiazul, más listo que nadie en el área, cabecease picado y adelantase al Glorioso en el minuto 60.
En esa media hora final, el cuadro albiazul sacó a relucir el manual de resistencia. Entre poco y nada se jugó a partir de ese momento. E, incluso, tuvo la sentencia en un gol de Femenía anulado por un fuera de juego que, si llegó a ser, lo fue por milímetros. La acometida final de la Ponfe se salvó con los lógicos apuros por la estrechez de marcador, pero el Alavés continuó con su vuelo imparable que le lleva al liderato de Segunda en el parón navideño.
Una apisonadora. El Alavés dejó media hora excepcional en el arranque del partido en la que no fue capaz de marcar para después sufrir muchísimo ante tres ocasiones claras de la Ponferradina. Cuando el equipo local parecía manejar el partido, el gol de Toquero resolvió el duelo y la media hora de juego final volvió a evidenciar que este equipo maneja muy bien las ventajas. Un trabajo excepcional.
De nuevo eficaz. El Alavés consiguió su tercera victoria consecutiva a domicilio haciendo gala de nuevo de una enorme eficacia. Durante muchos minutos maniató a la Ponferradina, tuvo un punto de fortuna en las mejores ocasiones del cuadro berciano y justo cuando peor lo estaba pasando tuvo el acierto en la cabeza de Toquero para llevarse el triunfo.
Impresionante racha. El equipo vitoriano ha cerrado el año 2015 con una racha de resultados excepcional que le ha llevado al liderato de la Liga Adelante. En los últimos seis partidos ha cosechado cinco victorias y un empate, 16 puntos de 18 posibles.
El vitoriano realizó de nuevo un trabajo excepcional en cuanto a desgaste y ofreciendo buenas alternativas a sus compañeros en punta y en banda. Además, acertó con su sexto gol.
Bordalás apostó de nuevo por el zarauztarra llevando a Carpio a la banda izquierda para suplir la ausencia de Raúl García. Enorme sufrimiento para cerrar su carril.