vitoria - Después del susto sufrido el pasado sábado durante el descanso del partido que enfrentaba a su equipo con el Valladolid en la capital pucelana, y que le impidió dirigir a sus jugadores en la segunda mitad al tener que ser tratado por los servicios médicos tras una repentina indisposición, José Bordalás repasó en la madrugada del lunes los detalles de este episodio en el programa El Larguero. “Ya me encontraba mal por la mañana; pasé un día raro, con dolor de cabeza y angustia”, reconoció el alicantino, cuyo estado empeoró al final del primer tiempo. “Ahí ya me empecé a encontrar peor pero pensaba que me iba a recuperar en el descanso, que todo eran síntomas de no haber descansado la víspera y esas cosas... Pero nada, llegó el descanso y empecé tener escalofríos y un sudor frío”, relató Bordalás, que por entonces sufrió arritmias y malestar de angustia general, un estado que le obligó a ser tratado primero en el propio vestuario y después en una UVI móvil fuera del campo con las colaboración de los servicios médicos del Real Valladolid, a los que el alicantino agradecidió profundamente su ayuda. “Escuché el gol del empate y quería salir pero no me dejaron... Lo pasé fatal hasta el final”, concluyó antes de analizar el actual segundo puesto del Alavés en la tabla y un posible ascenso a Primera. “Es una sorpresa para todos, pero debemos ser cautelosos. Los elogios debilitan y la Segunda está siendo muy igualada además de ser muy larga”.
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