valladolid - El Alavés vivió ayer un inesperado sobresalto en el estadio de Zorrilla. Y es que José Bordalás no pudo sentarse en el banquillo en la segunda parte. Muchos pudieron pensar que la razón obedecía a una expulsión en el túnel de vestuarios, pero el desasosiego fue mayor cuando el club confirmó que el técnico levantino sufrió una indisposición en pleno descanso que le impidió dirigir al equipo en lo que restaba de choque. La tensión en los días previas al duelo en tierras pucelanas, con un cruce de declaraciones entre los dos máximos responsables incluido, pudo hacer mella en Bordalás, que sufrió una alteración de su ritmo cardíaco y una subida de tensión. Un problema que, para evitar males mayores, hizo que los médicos le atendieran en una UVI Móvil ubicada en los exteriores de Zorrilla. Bordalás estuvo en todo momento consciente mientras se debatía la posibilidad de que fuese trasladado a un hospital de Valladolid en el caso de que el percance hubiese ido a más. Por tanto, fue su segundo Nacho Fernández el encargado de dirigir al Alavés tras el intermedio.
La noticia positiva es que el técnico albiazul regresó con el equipo al término del encuentro hacia Vitoria. Según desveló su ayudante, los jugadores se quedaron “impactados” en el intermedio al comprobar el problema de su entrenador. En cualquier caso, lo más probable es que Bordalás -en el pasado ya ha sufrido algún episodio de estas características- se someta en los próximos días a exámenes médicos con el fin de saber si se puede sumar con normalidad a la rutina de entrenamientos y partidos con el Alavés. Josean Querejeta y Alfonso Fernández de Trocóniz, presentes en Valladolid, estuvieron en todo momento pendientes de su estado y la plantilla tampoco perdió la oportunidad de dar su apoyo al técnico al consumarse la victoria. Afortunadamente, todo parece haber quedado en un susto. - DNA