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1-0, minuto 16: Pelegrín. Falta lejana de Raúl García que peina hacia atrás Pelegrín desde la frontal y Wellenreuther falla estrepitosamente y no es capaz de retener el balón, que entra.
X-X, minuto x: X. M.
Amonestó a Raúl García (minuto 2), Estrada (minuto 6), Aveldaño (minuto 15), Dani Pacheco (minuto 29), Femenía (minuto 53), Beobide (minuto 83), Bianchi (minuto 84), Yuste (minuto 86) y Llamas (minuto 92).
Vitoria - El Deportivo Alavés se ha aprendido a la perfección el manual de los grandes equipos y lleva tres partidos seguidos recitando la lección sin cometer ni un solo fallo. Con la base de la seguridad defensiva y la portería a cero, ayer incluso tuvo un chispazo de suerte. Todos los errores dejan un error grueso a lo largo de una temporada y Wellenreuther allanó el camino a la victoria del Glorioso con uno garrafal que propició el tanto de Sergio Pelegrín, a la postre decisivo. No hizo falta más para despachar a un Mallorca incapaz de sobreponerse a la eficacia de un Alavés que dio un recital de eficacia y mostró hechuras de grande en su tercer triunfo seguido.
Como cabía esperar, recompuso Bordalás su alineación con Estrada en el lateral derecho y Barreiro en la punta de ataque para suplir a los sancionados Carpio y Toquero, mientras que la otra variante llegó con la recuperación de Dani Pacheco en detrimento de Guichón. Pero más allá de los nombres, el problema para el cuadro albiazul fue su incapacidad para asfixiar el juego de un Mallorca que movió el balón con celeridad y comodidad para transmitir una gran sensación de peligro.
Ferrer, de la escuela de Johan Cruyff, apuesta por la posesión y el toque. Y, además, cuenta en su plantilla con calidad para desarrollar ese estilo. Bien lo demostró en Mendizorroza con unos primeros minutos en los que el conjunto local sufrió corriendo tras el balón sin ser capaz de cerrar las vías de agua. En este sentido, la ausencia de perros de presa como Carpio y Toquero pesó muchísimo.
No se encontraba para nada cómodo El Glorioso con la propuesta bermellona, pero en el fútbol el hecho diferencial se encuentra en las áreas. Y ahí el cuadro balear se chocó contra la indefinición que viene siendo su espada de Damocles durante toda la temporada. Muy bien hasta los metros finales, pero incapaz de concretar. Y cuando se intuía el peligro, ahí aparecía un Pacheco siempre seguro y atento.
Todo lo contrario que el guardameta visitante, un Wellenreuther que echó por tierra el notable cartel que le precedía con un error garrafal. Una falta lejana de Raúl García peinada en la frontal por Pelegrín sin aparente peligro, pero el joven guardameta alemán no midió bien el salto y se le escapó el balón de las manos para colarse en su portería. Con muy poco, resultado favorable. Y acto seguido, para corroborar esa ventaja, un pie sensacional de Pacheco a disparo abajo de Coro para evitar la igualada.
A partir de ahí, un más de lo mismo en una primera parte en la que el Mallorca dominó la posesión con amplitud ante un Alavés desconocido por completo por su total ineficacia en la recuperación -a partir de la entrada de Beobide por el lesionado Mora se mejoró bastante en este aspecto-, pero que amenazaba con sacar un contragolpe definitivo aprovechando los espacios. Y, así, a punto estuvo de sentenciar el cuadro albiazul con un disparo sensacional de Dani Pacheco desde el centro del campo que golpeó en el larguero.
En el arranque del segundo acto le dio el equipo de Bordalás el pisotón al acelerador con el que tradicionalmente suele iniciar cada tiempo y que se había echado en falta en la primera mitad. La presión se adelantó varios metros y el trabajo de desgaste y recuperación ganó en eficacia. Con el liderazgo de un Beobide que es todo un baluarte en ese sentido, la anterior posesión bermellona se difuminó por completo y el sufrimiento cambió de acera.
Tras un cuarto de hora de arreón sin premio, el Alavés se volvió conservador en su estilo y huyó de los riesgos. Bien asentado atrás, cerrando espacios y dejando correr el reloj con la aplicación de anestesia al duelo. Sin generar mucho -y pese a ello Barreiro tuvo una ocasión clamorosa en un cabezazo solo ante el portero que se le fue desviado y otro remate posterior alto de Beobide-, pero sin conceder apenas nada, aunque el miedo sobrevoló Mendizorroza en un par de internadas de James y un golpeo de cabeza de Bianchi.
Se entró así en el tramo final con la emoción reinando en el marcador, pero la tensión solo estaba ahí. El equipo siguió interpretando el guión del grande a la perfección hasta el minuto 93 para no sufrir en exceso, sumar la tercera victoria consecutiva y dormir colíder.
El central barcelonés fue protagonista con su tercer gol de la temporada en una nueva acción a balón parado y además fue el adalid de un soberbio trabajo defensivo.
Dentro de un partido de nivel notable por parte de todos los albiazules, el alicantino no fue capaz de aprovechar su punta de velocidad en las salidas al contraataque tras el gol.
Sin brillo, pero eficaz. El Mallorca planteó problemas en la primera parte a través de la posesión y la ineficacia de su equipo a la hora de recuperar balones, pero pese a ello se mostró definitivo en el área, aprovechó a la perfección el gol de Pelegrín en un fallo de Wellenreuther y consiguió una ventaja a la postre definitiva. En la segunda parte su Alavés interpretó el partido a la perfección y apenas sufrió.