El Deportivo Alavés quiere quitarse del paladar el mal sabor que le dejó el empate contra el Albacete en un partido en el que el cuadro albiazul fue de más a menos y a punto estuvo de quedarse sin siquiera un punto y la visita al Tenerife se presenta como la ocasión propicia para volver a ganar a domicilio. El titular del Heliodoro Rodríguez López atraviesa su particular semana de pasión con destitución de entrenador y llegada de nuevo inquilino al banquillos incluidas y El Glorioso querrá ejercer de buen pescador en esas aguas revueltas. Las victorias en los desplazamientos a Huesca y Almería ya quedan muy lejanas en el calendario y en el viaje a las Islas Canarias toca convertir en puntos las excelentes sensaciones que se quedaron sin premio en Lugo. El guión seguramente será bastante parecido al exhibido entonces, aunque, juego a un lado, lo verdaderamente importante es que el equipo se suba mañana al avión de regreso a Vitoria con tres nuevos puntos en la maleta que le permitan seguir asentado en el grupo de cabeza de la Liga Adelante.
Dentro de la peculiar montaña rusa de sensaciones en la que vive el Alavés desde el arranque del curso, el empate ante el Albacete rebajó la euforia que había propiciado la sensacional victoria ante el Córdoba en el tiempo de descuento. Curioso el sube y baja anímico del cuadro albiazul, que se mantiene prácticamente constante e invariable desde el inicio de la temporada. Con esa secuencia, en el desplazamiento a Santa Cruz de Tenerife toca cosechar un resultado positivo que reafirme al equipo de Bordalás como un referente en la categoría.
Eso sí, el duelo contra el cuadro chicharrero entraña la dificultad añadida de una preparación atípica. No lo habrán tenido fácil los técnicos alavesistas a lo largo de esta semana, ya que cualquier previsión acerca de un rival que ha cambiado al inquilino de su banquillo es prácticamente imposible. Más aún cuando el sustituto es un auténtico novato en estas lides como Pep Martí. El que hasta la pasada temporada fuera futbolista durante casi veinte años se estrenará esta tarde en la dirección de un equipo después de haber completado solo dos entrenamientos con su nueva plantilla. Continuidad o revolución, habrá que esperar a su primera alineación para ver qué camino elige el nuevo preparador de los canarios.
“Nosotros tenemos como referencia los partidos que el Tenerife ha disputado hasta la fecha, el entrenador ha llegado a mitad de semana y habrá tenido tiempo para cambiar ciertas cosas, pero no para cambiar completamente al equipo. Este tipo de situaciones no son las idóneas porque desconoces lo que va a hacer, pero tenemos que pensar en nuestro trabajo”, señaló ayer un José Bordalás que tiene claro que uno de los aspectos que tratará de mejorar el nuevo técnico chicharrero es la solidez defensiva.
En todo caso, lo que parece evidente es que el estilo del Glorioso no va a variar ni un ápice disponga el rival lo que disponga. A este equipo le funciona muy bien una idea de juego en la que mandan la presión adelantada, la verticalidad y la velocidad y todo esto es innegociable. Y es que, ante un rival con serios problemas de confianza y al que le gusta manejar el balón, que se repitiesen de inicio imágenes como las vistas en las visitas a Huesca o Lugo, con una presión adelantada y asfixiante internándose incluso en el área rival, no sería de extrañar. “Es un tema que siempre trabajo porque en esta categoría el que no tiene intensidad lo va a pasar bastante mal”, recalcó el preparador alicantino.
En lo referente al equipo inicial, el seguidor alavesista ya puede recitar de memoria el once de Bordalás. Más aún teniendo en cuenta la falta de alternativas fiables. En este sentido, el técnico levantino lanzó ayer un aviso claro señalando que “algunos jugadores tienen que aportar más”. Y es que no se puede continuar todo el curso solo con una base de trece o catorce futbolistas. La novedad con respecto al último partido será el regreso al eje del equipo de Sergio Mora tras cumplir su partido de suspensión para así repetir de nuevo la alineación más utilizada en este arranque de temporada, ya que Bordalás apenas maneja alternativas a su núcleo duro y en el banquillo apenas tendrá variantes ofensivas.