Vitoria - El Deportivo Alavés ha demostrado en las cinco primeras jornadas ligueras que ofensivamente es uno de los equipos más peligrosos de la Liga Adelante. No hay dudas en el estilo de un José Bordalás que apuesta por la presencia de muchos jugadores en zona de vanguardia. El estilo es muy diferente al que implantó Alberto, sobre todo en los partidos de Mendizorroza, la pasada temporada. Entonces la posesión de balón, la circulación y la paciencia eran elementos clave. Ahora, de la mano del preparador alicantino, el balón hace una transición veloz de la zona defensiva a la ofensiva, adonde se llega con muchos elementos. De una labor de asedio y desgaste a una acometida veloz y contundente. Y, hasta el momento, este fútbol de Bordalás está resultando muy efectivo. El Glorioso ha conseguido nueve goles que le sitúan como el segundo mejor en este apartado en Segunda División y con 57 disparos es el tercer equipo de la categoría que en más ocasiones ha rematado en los cinco primeros partidos ligueros. Un ataque con el colmillo afilado y tremendamente dañino.
Teniendo en cuenta que se quedó sin marcar en su visita al Llagostera, los registros ofensivos de este Alavés resultan sobresalientes. Dos goles ante Oviedo, Mirandés y Almería y tres ante el Huesca. Unos registros que le sitúan como el segundo mejor artillero de la Liga Adelante, solo superado por un Numancia que acumula once dianas, aunque seis de ellas las consiguió en un solo partido y en dos ocasiones se ha quedado sin marcar el cuadro soriano. Con cinco choques ligueros jugados, solo Osasuna (7 goles), Córdoba (5) y Albacete (6) pueden presumir de haber marcado al menos un tanto en todas sus comparecencias. En el lado opuesto se encuentra el Mallorca, que solo ha celebrado dos dianas, mientras que el Llagostera consiguió sus únicos tres tantos en el recordado partido contra el Alavés.
Precisamente dicho compromiso es el que impide que los registros goleadores del equipo de Bordalás no sean todavía mejores. Y dentro de todas las circunstancias negativas que tuvo ese encuentro para los intereses vitorianos, no puede decirse que el Alavés no mereciese marcar. En inferioridad numérica e, incluso, con dos jugadores menos que el rival, el cuadro albiazul no cejó en ningún momento en su empeño de buscar la portería rival. Y ocasiones tuvo para perforar la meta gerundense, pero esa tarde tampoco acompañó el acierto.
Y es que la importante cantidad de goles marcados por El Glorioso no viene determinada por un acierto descomunal en el remate sino por una insistencia contumaz. El Alavés marca mucho, pero también porque lo intenta mucho. Con 57 disparos realizados (11,4 por partido), el tercero de Segunda por detrás de Numancia (62) y Huesca (61), necesita 6,33 remates para marcar. Una media que se incrementa si se tiene en cuenta que el primer gol contra el Oviedo fue en propia puerta, por lo que el registro se iría teniendo en cuenta esta particularidad a 7,12 disparos por diana.
Hasta ahora, el cuadro albiazul es el sexto en cuanto a eficacia en el ratio de disparos realizados por cada gol con ese registro de 6,3. Un registro en el que el mejor equipo de la Liga Adelante es el Tenerife con una media impactante de 4,3 remates por cada diana (ha conseguido siete tantos con solo treinta disparos), mientras que muy destacado en el lado negativo de la balanza se encuentra el Mallorca, con solo dos aciertos de 41 intentos, lo que da un pobre balance de 20,5 remates para conseguir cada gol.
En las labores ofensivas alavesistas destaca el reparto de responsabilidades entre un buen puñado de jugadores. Los nueve goles se han repartido entre seis futbolistas y los únicos que han repetido han sido Kiko Femenía y Gaizka Toquero. El vitoriano es, además, el que más remates ha ensayado, ya que ha buscado la portería rival en una decena de ocasiones, pero casi todos sus compañeros han buscado el gol. Con las únicas excepciones de Jagoba Beobide y Sergio Llamas, que solo han jugado 19 y 40 minutos respectivamente, los otros trece jugadores de campo que ya han sido alineados por Bordalás ya han rematado en al menos una ocasión en estos cinco primeros partidos ligueros.
Divididos por posiciones, los delanteros han conseguido tres dianas (dos de Toquero y otro de Juli), otras tres han marcado los extremos (dos de Femenía y otro de Guichón) y otros dos los defensas (Pelegrín y Raúl García) en acciones a balón parado, a los que hay que añadir el gol en propia puerta que se marcó el Oviedo.
Un ataque variado, con participación de muchos jugadores diferentes, y también de colmillo afilado que, a estas alturas, mejora ostensiblemente los registros de las dos temporadas precedentes en Segunda. Y es que la campaña pasada tras cinco partidos el equipo por entonces dirigido por Alberto había conseguido seis dianas (no llegó a las nueve actuales hasta el sexto partido, pero el décimo no lo logró hasta la novena jornada y al final del curso fue el duodécimo goleador con 49 dianas), mientras que en el año de regreso al fútbol profesional, de la mano de Natxo González, tras el quinto partido el equipo solo llevaba cuatro goles y no alcanzó los nueve hasta el octavo compromiso, aunque al final de la temporada El Glorioso fue el tercer mejor en la faceta ofensiva con 57 dianas. Un registro que este Alavés de Bordalás amenaza con pulverizar.
Mucho gol. El Alavés ha evidenciado en las primeras cinco jornadas que tiene mucha pegada y con nueve dianas es el segundo mejor de la Liga Adelante en este apartado, solo superado por el Numancia (11).
Mucho remate. La buena cantidad de goles del cuadro albiazul no viene determinada por un acierto descomunal, sino por una gran insistencia. Con 57 remates, el equipo vitoriano es el tercero que más veces dispara en Segunda, por detrás de Numancia (62) y Huesca (61).
6,3
Es la cifra media de disparos que el Alavés está necesitando para conseguir cada gol.