vitoria - Apenas se han completado todavía las cinco primeras jornadas del campeonato pero hay algo que ha quedado ya meridianamente claro en este Deportivo Alavés. José Bordalás ha encontrado en el vestuario a un chico para todo que lo mismo sirve para un roto que para un descosido. Responde al nombre de Javier Carpio y hasta el momento ha sido prácticamente siempre el elegido para solventar las contingencias que han ido afectando a la plantilla albiazul. De esta manera, este auténtico multiusos ha ocupado ya nada menos que tres posiciones diferentes desde que arrancó la competición a finales del pasado mes de agosto.
Durante la pretemporada se ganó la confianza del entrenador para hacerse con la titularidad en el lateral derecho -su puesto natural- en detrimento de Dani Estrada. Ambos llegaron a Mendizorroza como fichajes durante el verano -aunque Carpio contaba con una experiencia anterior en Vitoria años atrás enrolado entonces en el filial- pero el castellano cobró ventaja en la pelea por entrar en el once inicial y así lo certificó en la primera alineación oficial ante el Huesca.
Con el aval de la buena temporada completada el curso pasado en la Ponferradina, se convirtió en uno de los baluartes del notable trabajo defensivo diseñado por Bordalás. Parecía el inicio de un ejercicio esperanzador aderezado con la tranquilidad de quien se sabe importante en los planes de su jefe. Sin embargo, los sobresaltos y los desafíos inesperados no tardaron apenas en llamar a su puerta. De esta manera, apenas siete días después de su estreno oficial como albiazul, en la segunda jornada, Carpio se vio obligado a por las circunstancias a tener que comenzar a demostrar su polivalencia.
La visita del Oviedo a Mendizorroza se saldó con una victoria local bastante más cómoda de lo esperado pero, en el tramo final del choque, el esfuerzo acumulado pasó factura a Sergio Mora, que tuvo que pedir el cambio por unas molestias físicas. En ese momento, Bordalás sorprendió a propios y extraños con un movimiento que nadie esperaba. Llamó a Dani Estrada como recambio del veterano centrocampista y le ordenó situarse en el lateral derecho dando inicio a un nuevo dibujo que trasladó a Carpio al doble pivote como improvisado compañero de Manu García. Ahí se ubicó los últimos veinte minutos del choque y su respuesta fue más que satisfactoria.
Esta nueva posición, no obstante, se antojaba una solución de emergencia para un problema muy puntual. Poco menos que un experimento con final feliz. Sin embargo, el siempre caprichoso destino se encargó muy pronto de demostrar que no iba a ser así ni mucho menos. En la tercera jornada de Liga el Alavés sufrió el desquiciante arbitraje de Llagostera que le hizo acabar con nueve jugadores tras las expulsiones del propio Carpio y Manu García. El Comité de Competición retiró posteriormente la tarjeta del salmantino, pero no así la del vitoriano, por lo que este no pudo jugar ante el Mirandés. Un nuevo quebradero de cabeza para Bordalás aunque, en esta ocasión, Beobide parecía partir con clara ventaja para sustituir al alavés.
Sin embargo, llegada la hora de la verdad, el técnico albiazul volvió a apostar por Carpio como integrante del doble pivote (en este caso junto a Mora y desde el pitido inicial). Desgraciadamente su rendimiento en este encuentro -como el de todo el equipo- no fue tan positivo como en su estreno en esa demarcación. Pese a ello y a la derrota encajada, Bordalás justificó su elección explicando que cuando habían coincidido años atrás en Alicante ya le había utilizado en esa posición, por lo que no sería de extrañar que repitiese en lo que resta de curso si las circunstancias invitan a ello.
Y cuando parecía que por fin el teórico lateral diestro iba a poder ubicarse en la banda derecha con normalidad, el domingo volvió a surgir un nuevo contratiempo que le llevó a dar una vuelta de tuerca más a su polivalencia. La lesión muscular de Raúl García en el primer tiempo del duelo ante el Almería y el hecho de que el gallego sea el único integrante de la plantilla que no cuenta con un recambio natural motivaron que el salmantino tuviera que situarse al otro lado del campo.
Así pues, en apenas cinco encuentros, Carpio ha actuado de lateral derecho, mediocentro y lateral izquierdo. Un registro al alcance de muy pocos que pone de relieve que se trata de un auténtico multiusos. Una pieza de gran valor en cualquier vestuario y más en una plantilla tan corta como la actual del Alavés. A falta del diagnóstico final de Raúl García, todo apunta a que, por ahora, el dos albiazul se quedará en la izquierda.