almería - El Deportivo Alavés se ha aprendido un guión que ha desarrollado de manera prácticamente idéntica en las tres victorias que acumula en la competición liguera. Salidas potentes acompañadas de goles muy tempraneros, resistencia y búsqueda de contragolpes después y acelerones de nuevo tras el descanso en busca de la sentencia. Las definiciones antes Huesca, Oviedo y ayer Almería han sido diferentes, pero la idea de este equipo es bastante clara y en ella el dominio físico tiene un papel preponderante. De momento, El Glorioso ha demostrado que se sabe manejar a la perfección, pese a que también ha habido espacio para el sufrimiento, en situaciones de ventaja. Cuando el guión se desarrolla a su gusto, este equipo ha demostrado que es muy peligroso.

Si ante Huesca y Oviedo los goles llegaron a los cinco minutos, ayer en Almería el tanto de Raúl García se produjo a los ocho minutos. Contra el cuadro asturiano la sentencia llegó muy rápido y apenas hubo espacio para el sufrimiento, pero tanto aragoneses como andaluces disfrutaron de sus opciones en el segundo tramo de la primera parte. Ahí el Alavés buscó juntar líneas, desgastar al rival en la presión y buscar los contragolpes, una cuestión que ayer se vio perjudicada por las lesiones de Raúl García y Femenía que obligaron a gastar dos cambios en apenas media hora.

Tras resistir hasta el descanso, de nuevo se repitió en el Estadio de los Juegos Mediterráneos la furibunda salida que se vivió en El Alcoraz. Entonces el cuadro albiazul sentenció el partido con dos goles, pero ayer no se atinó en el remate. A cambio llegó la expulsión de Dubarbier, aunque contra diez el equipo vitoriano no fue capaz de controlar el ritmo del juego.

Precisamente en esta cuestión se encuentra el mayor debe alavesista en estos primeros partidos de la temporada. Su estilo vertical, en el que la transición de la defensa al ataque es rapidísima, provoca que en ocasiones se olvide que existe un concepto como la pausa. Esa ida y vuelta que se vivió ante el Huesca y que a punto estuvo de costar muy cara se repitió ayer ante el Almería. Hasta tal punto que, para quien no lo supiese, bien se podría pensar que era el equipo de Bordalás el que había sufrido una expulsión.

No obstante, la tranquilidad no fue tal hasta el descuento por culpa de los propios fallos alavesistas en el remate. La sensación de dominio del Almería no se tradujo en acciones de peligro -la zaga, salvo algún tramo concreto, se mostró ayer muy solvente-, de las que sí disfrutó un Alavés que no estuvo atinado a la hora de definir a la contra, en muchas ocasiones por estar demasiado acelerado en su toma de decisiones. No obstante, el guión de la victoria albiazul se repitió por tercera vez esta temporada.

Enfado. Las críticas de Javier Zubillaga a Real Sociedad y Athletic por no ceder jugadores al Deportivo Alavés han sentado muy mal en los entornos de ambos clubes, desde los que se ha atacado con dureza al director deportivo albiazul.