Vitoria - Parecía una evidencia, pero un solo partido, el de Copa del Rey en Soria, ha servido para constatar la importancia de Sergio Mora en el proyecto del Deportivo Alavés para la presente temporada. El madrileño, hombre de máxima confianza para José Bordalás, llegó a Vitoria con la misión de convertirse en el cerebro albiazul, en el motor del juego vitoriano. Así se ha podido comprobar en los primeros tres compromisos ligueros. Y, de la misma manera, en el choque contra en Numancia quedó claro que su eventual ausencia va a ser un problema muy importante para un equipo carente de alternativas de su calibre en esa demarcación. Por primera vez en lo que va de curso, el conjunto vitoriano se vio claramente superado en una zona ancha en la que reinó la espesura. La luz llegó en los minutos finales y la entrada del mediocentro madrileño fue como pulsar un interruptor que hizo fluir el fútbol alavesista. Mora ya ha dejado claro que es el motor de este Glorioso, pero también parece evidente que se trata de una pieza que no cuenta con un recambio que pueda ofrecer un rendimiento similar en la citada demarcación.

Que una de las primeras peticiones en el mercado por parte de Bordalás fuese un jugador que podía presentar dudas de cara al exterior por sus 36 años o haber pasado un calvario con las lesiones la pasada temporada no fue fruto de la casualidad. Pocos conocen mejor a Mora que el preparador alicantino. No en vano, ambos mantienen relación de entrenador-jugador desde que coincidieran en el Hércules en la temporada 2005-06. Después irían de la mano también en el Alcoyano y en el Alcorcón. El Alavés es su cuarto destino juntos. Y tanto antes como ahora, el mediocentro madrileño ha sido una pieza clave en los esquemas del técnico levantino.

Desde el primer momento quedó claro que Mora iba a tener galones de mando en este Alavés y esa sensación ha quedado corroborada en los primeros partidos del curso. Mucha experiencia, muy buena colocación y brillantez en el pase son cualidades que adornan al madrileño, quien, además, no es de los que rehúyen la pelea en el barro cuando es necesaria. Un equilibrio prácticamente perfecto en un mediocentro y unas virtudes que son muy difíciles de encontrar en un solo jugador como bien se sabe en la propia entidad del Paseo de Cervantes.

Y esta figura del ideólogo ha sido el gran quebradero de cabeza de las últimas temporadas. Sergio Tejera, Emilio Sánchez -en dos etapas diferentes-, Miki, Carlos Indiano, Ibon Gutiérrez, Dani Bouzas, Sergio Rodríguez... Mediocentros todos ellos de calidad indiscutible, pero que no llegaron a funcionar en Vitoria y que, en algunos casos, destilaron un aroma de indolencia evidente. Fracasos que condujeron a los distintos entrenadores que durante los últimos años se han sentado en el banquillo albiazul a optar por soluciones en el centro del campo en las que primaba el músculo y el trabajo por encima de la calidad con el balón en los pies.

También Bordalás echó mano de ese recurso el miércoles en Soria, donde recuperó la pareja formada por Beobide y Manu García. Del compromiso, entrega y sacrificio de los dos capitanes no hay ninguna duda. A la hora de trabajar, son los primeros de la fila. Pero por condiciones técnicas también es evidente que no son los mejores cuando de generar juego se trata, aunque en este sentido el vitoriano -al que se la ha visto muy cómodo al lado de Mora con el madrileño como pivote más posicional y él con mayor libertad de movimientos- ha evolucionado bastante y comienza a brillar en el primer pase rápido de salida tras recuperación de balón.

Con este dúo de mediocentros, el Alavés sufrió en Soria, donde apenas mantuvo la posesión del balón hasta que en los minutos finales entró Mora para imponer su criterio. El motor hizo funcionar al equipo en ese tramo decisivo en el que llegó el gol de Manu Barreiro. Y, al mismo tiempo, todo el tiempo anterior sirvió para evidenciar que el Alavés anda escaso en esa posición de mediocentro -Llamas parece destinado a actuar en posiciones más adelantadas- en la que se ha quedado cojo por culpa de la negativa final de Lolo Reyes de venir a Vitoria. El club sigue sondeando el mercado en busca de algún mediocentro en el mercado de jugadores libres, pero no parece sencillo que pueda encontrar alguna alternativa de calidad antes de que se reabra el zoco de futbolistas en el mercado invernal. Mientras tanto, el alavesismo tendrá que cruzar los dedos para que ese motor por el que llevaba tiempo suspirando no se gripe ahora que tan bien está funcionando.