0-1, minuto 84: Barreiro. Conexión entre Estrada y Femenía y el sensacional centro del alicantino lo cabecea por elevación Barreiro.

Amonestó a Dani Pacheco (minuto 34), Manu García (minuto 36) y Llamas (minuto 41).

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Soria - El Deportivo Alavés seguirá disfrutando de la Copa durante, como mínimo, una ronda más gracias a su eficacia para definir en el único disparo entre los tres palos que conectó en un partido en el que su nivel de intensidad y fútbol estuvo muy por debajo del exhibido hasta la fecha. Un Glorioso a bajas revoluciones que recordó mucho más al equipo de pretemporada que al de la competición oficial. Hasta los últimos minutos, cuando Bordalás cambió el ritmo con los cambios. Toquero, Femenía y Mora sacaron a relucir su clase y Barreiro ejerció de ejecutor para evitar una prórroga que hubiese supuesto añadir más cansancio todavía a una plantilla corta de efectivos que tiene que afrontar el sábado un nuevo esfuerzo. El pase a la siguiente ronda se consiguió a bajas revoluciones, lejos del despliegue exhibido en Liga, pero a la postre suficiente para conseguir el triunfo en Soria.

Como cabía esperar, Bordalás le dio una vuelta prácticamente completa a su once titular con respecto al que ya había repetido en tres ocasiones en Liga y del que solo se mantuvieron Fernando Pacheco, Laguardia y Manu García. Llamativa fue la continuidad del guardameta, ya que Pau Torres es ya el único futbolista de la plantilla sin minutos en compromisos oficiales y su suplencia de ayer parece todo un aviso a navegantes. Y es que quien todavía tenga presente en el recuerdo el amistoso de Aguilar de Campoo y la actitud allí del catalán puede entender que al entrenador aún le dure en enfado de aquella tarde nefasta.

Más allá de los relevos en forma de nombres, lo que se pudo comprobar fue que el nivel de intensidad del Alavés, y seguramente también del Numancia, estaba varios grados por debajo de la fogosidad exhibida en la competición liguera. Calma y tensión muy rebajada dentro de un ambiente que contribuía a que el duelo no entrase en ebullición desde las primeras de cambio.

Privado de ese punto emocional que le da la adrenalina, el Alavés fue durante la primera parte un equipo ramplón y sin apenas fluidez en el que la única brillantez se podía esperar de las esporádicas apariciones de Dani Pacheco, el único con calidad en las botas para romper la monotonía de un fútbol albiazul por completo carente de chispa.

Con un dominio prácticamente estéril del Numancia, fue Llamas -desplazado ayer a la banda diestra por donde actuó como extremo- el que disfrutó de le mejor oportunidad de toda la primera parte con un derechazo que impactó en la cruceta de Biel Ribas.

Reclamaba el duelo más madera para caldearse un poco, pero los dos contendientes no hallaron la fogosidad que se requería en el paso por los vestuarios. Un balón salvado bajo palos por Laguardia a remate de Vicente y un cabezazo de Regalón supusieron los avisos por parte de un Numancia que durante todo el partido ofreció un puntito más, aunque fuese únicamente explotando la especialidad de la casa en la ejecución de la estrategia.

Las entradas de Toquero, Femenía y, sobre todo, Mora, le dieron al Alavés esa chispa y el dominio del balón que precisaba. Pese a seguir sufriendo a balón parado, el cuadro albiazul se soltó en ataque. Y en una gran conexión entre Estrada y Femenía el alicantino puso un centro medido a la cabeza de un Barreiro que sacó el remate que desequilibró un choque que en el minuto 84 parecía abocado a una prórroga del todo contraproducente cuando hay otro partido el sábado y las piezas en este equipo están contadas. Sin mostrar, ni de lejos, su mejor nivel, El Glorioso podrá seguir disfrutando de un segundo sorbo de esta Copa.

Su entrada al campo, y la de Sergio Mora, dio un nuevo aire a un Alavés que sacó partido de su velocidad y calidad en los minutos finales. Puso

el gol en la cabeza de Barreiro.

El Numancia es un consumado especialista en las acciones a balón parado y el guardameta extremeño se mostró excesivamente dubitativo y erró por arriba en varios centros al área.

Sin intensidad. En un duelo de Copa que no tiene la trascendencia de los compromisos ligueros, el Alavés no sacó a relucir su habitual intensidad y se aplicó muy por debajo del nivel de esfuerzo al que acostumbra. Si a eso se le une la presencia de los jugadores menos habituales y unos serios problemas en la creación, el equipo dio una imagen bastante pobre en Los Pajaritos.

Chispazo de calidad. Los minutos finales, con Toquero, Femenía y Mora, fueron los mejores de un Alavés que notó la mejoría por la calidad de estos futbolistas y resolvió la eliminatoria con un gran gol de Barreiro.

Sin intensidad. El Alavés de la Copa no se pareció en nada a su versión liguera, que que el nivel de intensidad del equipo decayó varios enteros con respecto a los tres partidos oficiales precedentes. Sin apenas ocasiones en todo el partido y sufriendo para defender el gran juego de estrategia del Numancia, en los minutos finales fueron los cambios los que marcaron las diferencias para ganar.