Vitoria - El pasado 15 de agosto, cuando apenas quedaba una semana para el inicio de la competición oficial, José Bordalás reclamó tres fichajes más para completar la plantilla del Deportivo Alavés. Se trataba de un lateral zurdo, un jugador para el centro del campo y otro para las bandas de ataque. El mismo domingo, durante la rueda de prensa posterior a la victoria sobre el Oviedo, confirmó que acababa de hablar con Josean Querejeta, Javier Zubillaga y Alfonso Fernández de Trocóniz y que la llegada de al menos un jugador era inminente. Ayer lunes era el último día del mercado estival y cuando a las doce de la noche se cerró la posibilidad de inscribir nuevos futbolistas hasta el año que viene, un jarro de agua fría cayó sobre la afición albiazul y, presumiblemente, sobre su máximo responsable técnico.

Porque, finalmente, Bordalás se quedó sin sus ansiados refuerzos y tendrá que conformarse con lo que tiene a su disposición en estos momentos. Durante las últimas jornadas dos nombres propios habían sonado con fuerza como principales candidatos a vestirse la camiseta del Deportivo Alavés. Se trataba del chileno Lolo Reyes y el cántabro David Concha. Parecía que las negociaciones estaban más que encaminadas y pocos eran los que contemplaban siquiera la posibilidad de que el desenlace no fuera su inminente llegada a Mendizorroza. Sin embargo, el siempre caótico último día del mercado de fichajes estival deparó un doble jarro de agua fría para los aficionados albiazules. Porque, finalmente, ninguno de los dos jugará en El Glorioso. El mediocentro se decantó finalmente por la opción del Almería y el extremo hizo lo propio con la del Numancia.

Una decepción por partida doble en la que han tenido bastante que ver los clubes de procedencia de ambos jugadores. Y es que pese a que el Alavés era inicialmente la opción preferida por los futbolistas el punto de vista de Betis y Real Sociedad terminó por imponerse dejando al conjunto vitoriano sin dos piezas que hubieran podido aportar un indudable salto de calidad a la plantilla de Bordalás.

Cronológicamente, el primer varapalo llegó cuando cerca de las ocho de la tarde el Numancia anunció oficialmente que había logrado la cesión de Concha hasta el 30 de junio. El hecho de que al frente de la escuadra soriana se encuentre un extxuriurdin como Jagoba Arrasate y la posibilidad de disponer de más minutos de juego asegurados motivaron que desde Zubieta se tratase por todos los medios de convencer al jugador cántabro para que aceptara la oferta procedente de Los Pajaritos. Una presión que, definitivamente, consiguió su objetivo.

Algo más de una hora después -aunque ya se intuía desde bastante antes-, llegó el segundo golpe a las aspiraciones albiazules. El Almería, recién descendido y con un importante potencial económico a su disposición, se hacía con los servicios de Lolo Reyes en calidad de cedido. En este caso, lo que hizo que la balanza se desequilibrara definitivamente hacia el lado andaluz a pesar de que el chileno tenía un acuerdo con el Alavés, fue la disposición del club de los Juegos del Mediterráneo a asumir íntegramente su elevada ficha. Un gasto que desde Vitoria no podía afrontarse y que hizo que el Betis le empujara hacia la escuadra almeriense. En definitiva, una doble decepción que obligará a José Bordalás a exprimir al máximo a la plantilla que tiene a su disposición en estos momentos a la espera de pudieran llegar fichajes en el próximo mercado de invierno.

IGLESIAS, AL GUADALAJARA Poco antes del cierre del mercado el Club Deportivo Guadalajara anunciaba la llegada del joven delantero albiazul Dani Iglesias, que llegaba a Vitoria este verano procedente del Deportivo de La Coruña y que jugará como cedido en el conjunto de Segunda B.