vitoria - Si en algo ha existido una coincidencia prácticamente unánime durante los últimos ejercicios es en destacar el excelente ambiente que se ha generado en el estadio de Mendizorroza, recuperando para la causa albiazul a muchos fieles y siendo una importante ayuda para el equipo en los encuentros que se han disputado en el Paseo de Cervantes. En ello ha tenido mucho que ver, sin ninguna duda, el comportamiendo de los habituales ocupantes del fondo de Polideportivo, que han tirado del resto del campo con sus incansables cánticos de apoyo y las muchas iniciativas que llevan a cabo a lo largo de la temporada.
Con la presentación de la campaña de socios para el próximo ejercicio, el club anunció su intención de reordenar esa zona del graderío y crear una grada de animación añadiendo, además, algunas nuevas normas de funcionamiento. Unos cambios que no fueron en absoluto del agrado del colectivo Iraultza 1921 (que aglutina a la mayoría de seguidores que se ubican en esa zona), que no dudó en iniciar una campaña de boicot a la renovación de los abonos si no se daba marcha atrás. Finalmente tras unos días de conversaciones y algunas variaciones la situación se desbloqueó y todo volvió a la normalidad.
Al menos, aparentemente. Porque lo cierto es que a escasas 24 horas para que concluya el plazo para la renovación de los carnés la confusión continúa siendo la sensación predominante entre gran parte de la hinchada albiazul. Uno de los principales motivos de ello, es que la entidad del Paseo de Cervantes no ha aclarado públicamente cuáles van a ser las medidas que definitivamente se van a adoptar y se limita a remitir a todos los interesados a que acudan de manera individual a las oficinas para que reciban las explicaciones pertinentes. Además, sigue sin estar claro la ubicación exacta -y por lo tanto el tamaño- de esta grada de animación, ni cómo se va a separar del resto. Y por si todo ello fuera poco, se mantiene igualmente la incertidumbre sobre la recolocación de las personas afectadas por los cambios y el precio de los abonos que tendrán que asumir.
Pese a todo ello, lo que parece evidente es que existe un importante interés entre los seguidores albiazules por ubicarse en esa zona y lograr que se amplíe lo máximo posible. De hecho, hay ya más de un centenar de personas apuntadas en una lista de espera con la que el club valorará la posibilidad de aumentar la zona inicialmente delimitada. Cuando mañana se cierre el plazo de renovaciones, las cifras serán ya definitivas y a partir de ahí los responsables tendrán que tomar una decisión.
En cualquier caso, el escenario no se presenta especialmente sencillo ya que hay diversos frentes abiertos. Así, por ejemplo, a aquellos abonados cuya localidad pasa ahora a formar parte de la grada de animación -o se encuentran en zonas limítrofes o de escasa visibilidad por la nueva valla- y no desean permanecer allí, se les ofrece el traslado a otra zona del campo. Un nuevo destino que, claro está, tiene un precio sensiblemente mayor. Como medida de gracia tienen un importante descuento en el carné de este curso -para equipararlo al de su antiguo asiento-, pero este no se mantiene para las próximas campañas. Lo que ha provocado no pocas quejas.
En definitiva, que la grada de animación se ha convertido en un auténtico laberinto que bien harían los responsables del club en resolver si no desean echar a perder uno de los grandes valores que ha mostrado el equipo en los últimos tiempos.