Vitoria - Diez días después de su anuncio como nuevo técnico del Alavés, el club presentó ayer en sociedad a José Bordalás, hombre de fútbol procedente de Alicante que se ha comprometido para la próxima temporada con opción a una segunda en función de los resultados, que no se especificaron ayer pero que apuntan, o al menos deberían, a la consecución del ascenso a la máxima categoría. De ahí que uno de los mensajes del nuevo entrenador estuviera focalizado en la permanencia, a la que concedió una importancia relativa en pos de alcanzar cotas más altas. “Esperemos lograr los 50 puntos de la salvación lo antes posible”, reflexionó Bordalás. A partir de ahí, y acompañado esta vez del presidente del club, Alfonso Fernández de Trocóniz, en detrimento del director deportivo, Javier Zubillaga, el alicantino desempolvó el catálogo estival de los circunloquios propios del fútbol a estas alturas de la temporada. Y así se arrancó con una declaración emotiva de intenciones -“Ahora voy a dejarme la vida en defender al máximo los intereses del Alavés”-, continuó con un guiño muy medido a la afición -“Me ha llamado mucho la atención a nivel nacional, es muy fiel”- y continuó con un alegato en favor de su particular manera de entender el fútbol, un estilo siempre ligado a una intensidad que a veces roza el reglamento y que le ha granjeado no pocos enemigos a lo largo de su carrera. “Ese tipo de declaraciones siempre provienen de personas que no nos han podido ganar. Yo no entiendo el fútbol sin ese nivel de intensidad necesario para competir”, zanjó el exentrenador del Alcorcón las últimas dos temporadas. Con la ilusión “al máximo” y dispuesto a aportar su “grano de arena” en el trabajo diario para que el Alavés “pueda seguir creciendo”, Bordalás tampoco rehuyó el incendio que el pasado mes de abril provocó con Alberto López después del partido en Santo Domingo, donde tildó de “nena” al extécnico del Alavés por criticar la dureza de sus jugadores. “En ese momento defendía los intereses del Alcorcón y todos somos profesionales. Ahora voy a dejarme la vida en defender al máximo los intereses del Alavés”, tronó el alicantino con la misma intensidad que en el exterior de Mendizorroza estallaba con violencia una espectacular tormenta. A esas alturas, el nuevo entrenador agradeció públicamente la confianza que tanto Josean Querejeta como Zubillaga habían depositado en él y valoró el “proyecto” del club como “clave” para firmar.

El alicantino desembarca en Vitoria acompañado de su equipo habitual de trabajo. Un segundo entrenador, cuya identidad no fue desvelada, y el preparador físico Javier Vidal. El actual, Gerardo Izaguirre, tendría una oferta del club para continuar mientras que Sendoa, segundo de Alberto, podría abandonar la entidad albiazul en breve.