Vitoria - Es muy difícil que un equipo que se encuentra acosado por motivos extradeportivos ofrezca luego un buen rendimiento sobre el césped y, en este sentido, el trabajo de Pepe Mel en el Betis adquiere una relevancia todavía mayor. El técnico madrileño ha conseguido que su plantilla se convierta en un ente aislado de la actualidad, cruda en muchos aspectos, que rodea a la entidad y esos problemas, la mayoría de ellos judiciales, no están afectando al rendimiento de un equipo que cabalga con tranquilidad hacia el ascenso a pesar de asentarse sobre el cráter de un volcán.

La situación del club es preocupante, intervenido judicialmente tras la etapa de Manuel Ruiz de Lopera que ahora se somete a juicio dentro del proceso concursal. Paradójicamente, Don Manuel sigue siendo el dueño de la propiedad pese a estar juzgado por varios delitos que pusieron al club al borde del deceso y que lo mantienen ahora plagado de deudas.

Pero más graves que esas cuestiones ligadas al entorno y al pasado del club son las que se han sufrido dentro del vestuario, con varios futbolistas requeridos por la Justicia. El caso más allamativo es el de Rubén Castro, para el que la Fiscalía pide dos años y un mes de cárcel por cuatro delitos de maltrato y un quinto de amenazas leves a su expareja. Para colmo, un mínimo sector de aficionados verdiblancos insultó gravemente a la denunciante en el transcurso de un partido, lo que despertó las alarmas de la LFP, que amenazó con cerrar una parte de la grada.

Por su parte, Jordi Figueras y Jorge Molina se encuentran imputados en el caso de supuesto amaño de partidos por parte de Osasuna la pasada temporada. Presuntamente, el equipo sevillano recibió 650.000 euros -según denunció en exgerente del cuadro rojillo, Ángel Vizcay- procedentes de Pamplona por ganar al Valladolid y dejarse perder una semana después en su visita a El Sadar.

Cuestión menor, en comparación con estas dos, fue la sanción de ocho meses de privación del carné de conducir y la multa de 2.400 euros a Alfred Ndiaye por circular con su coche a 162 kilómetros por hora en una zona limitada a 50. Eso sí, a todos estos problemas se ha sobrepuesto el Betis para liderar Segunda. - DNA