Vitoria - El Deportivo Alavés ha vivido un cambio de guardia en las últimas jornadas y varios de los jugadores que habían sido importantes en el primer tramo de la temporada han dado ahora el relevo a otro grupo de futbolistas que han asumido los mandos y galones dentro del equipo para acaudillar la mejoría mostrada en el último mes de competición. Alberto ha optado por un cambio de estilo que ha venido asociado también a un relevo en nombres que venían siendo habituales en las alineaciones y el rendimiento de El Glorioso se ha visto beneficiado por la entrada en escena de unos actores que han venido a dar relevo a unos compañeros que habían ido diluyéndose con el paso de los meses después de haber sido piezas fundamentales y prácticamente inamovibles en los planes del técnico irundarra.
Cambios se han producido en todas las líneas, pero uno de los más relevantes, por el revuelo que siempre levantan este tipo de sustituciones, ha sido el de la portería. Tras 27 partidos ligueros como titular indiscutible, los errores ante Sabadell y Llagostera llevaron a Manu Fernández al banquillo para dar paso a un Iñaki Goitia que ha defendido la meta vitoriana durante los últimos cuatro partidos y con el que se ha recuperado la sensación de seguridad que había anteriormente.
La defensa es la línea que menos se ha movido, pero también han existido retoques, propiciados, sobre todo, por las lesiones. Por ejemplo, Unai Medina se ha hecho fijo en la titularidad -diez partidos titular de los once últimos jugados- tras alternarse en el puesto con Ernesto Galán -no ha jugado en las últimas once jornadas- durante la primera vuelta. Raúl García y Víctor Laguardia se han mantenido firmes durante casi todo el curso, mientras que ahora Jiri Jarosik -se perdió toda la primera vuelta por sus constantes problemas musculares, pero ahora encadena diez partidos completos- ha cogido el relevo de Migue -una vez titular y solo 118 minutos en los ocho últimos compromisos- en el centro de la defensa, al tiempo que tanto Xabi Castillo como Einar -no han jugado en los últimos nueve y diez compromisos ligueros, respectivamente- se han visto lastrados por sus problemas físicos para desaparecer por completo.
En el centro del campo el primer cambio de relevancia viene marcado por la variación en el sistema, pasando de un 4-2-3-1 a un 4-1-4-1. Dani Toribio, el jugador de campo con más minutos, se ha mantenido de manera permanente en el césped, pero ahora actuando como pivote único, una posición en la que también ha actuado Manu García, quien ha recuperado presencia en el equipo al ser titular en los últimos cuatro partidos después de seis en los que apenas jugó. Para Jagoba Beobide la temporada está siendo un suplicio por culpa de las lesiones y su presencia ha sido discontinua tanto antes como ahora, aunque una vez superado su enésimo problema muscular puede tener opciones en el tramo final.
irrupciones decisivas Eso sí, para cambios los que ha introducido Alberto en la línea de tres cuartos, que es irreconocible si se compara con la que disponía hace unos pocos meses. La llegada de Manu Lanza -titular en los diez partidos de la segunda vuelta- en el mercado invernal, la recuperación de Rafa García tras su larga lesión -cinco partidos en el once inicial antes de sufrir una rotura de fibras-, la definitiva puesta a punto de Juanma -en el once inicial en seis de los últimos siete compromisos- y la sensacional irrupción de Sergio Llamas -ha tenido minutos importantes en los últimos cuatro encuentros- han supuesto un soplo de aire fresco para esa línea de mediapuntas que había perdido efectividad.
De los jugadores que más minutos acumularon en esa zona en el arranque del curso, el único que se mantiene inamovible es un Toti que, además, atraviesa en estos momentos por un estado de forma excepcional. Jugadores como Marco Sangalli -una titularidad en once partidos, además como lateral derecho-, Ion Vélez -en el once inicial una sola vez en los últimos doce partidos- y, sobre todo, Juli -ni un minuto en los últimos cuatro encuentros y una titularidad de ocho posibles-, han quedado relegados a un segundo o, incluso, tercer plano.
Mención especial en esta zona la que merece un Sergio Tejera que casi nada ha dado y del que ya muy poco se puede esperar después de estar en la grada once partidos seguidos. El centrocampista barcelonés estaba llamado a ser uno de los hombres de referencia en este equipo, pero no ha llegado a cuajar en ningún momento. Con el anterior estilo, su fútbol no casaba. Ahora que el sistema y el juego se adaptan como un guante a sus características, se ha convertido en el último de la fila, superado por todos sus compañeros de puesto. Ni Alberto ha sido capaz de meterlo en dinámica ni él ha conseguido ponerse al ritmo adecuado.
la ventaja del plantel largo En la delantera, los últimos partidos han sido la confirmación de que Manu Barreiro es un delantero de categoría que en el futuro puede dar muchas alegrías al Alavés. En una demarcación en la que el gallego se venía alternando con Ion Vélez y Ranko Despotovic -28 minutos en ocho partidos-, en las últimas siete jornadas no existe ningún genero de dudas a la hora de confeccionar la alineación de cada partido. El compostelano se ha convertido, al fin, en la referencia inamovible arriba para Alberto y ha correspondido a esa confianza exhibiendo un nivel parejo al de los mejores goleadores de la Liga Adelante.
Con estos cambios en la identidad de los grandes protagonistas, lo que se evidencia es el acierto de la dirección deportiva alavesista cuando optó por construir en verano una plantilla muy alta ocupando 23 fichas, que son 24 desde la llevada de Lanza en el mercado invernal. La plantilla albiazul ha sufrido muchas lesiones, pero el hecho de contar con fondo de armario y variedad ha permitido que esas ausencias, o las bajas formas puntuales de algunos futbolistas, no se hayan notado demasiado y el nivel competitivo se ha mantenido estable. Se trata de una gran ventaja con respecto a clubes que tienen plantillas cortas.