vitoria - Una más. Después de haber desperdiciado hasta el momento numerosas ocasiones de dar un paso adelante y garantizarse, como mínimo, la tranquilidad necesaria para afrontar el tramo final de la temporada sin agobios, el Deportivo Alavés disfruta esta noche de una nueva -y previsiblemente última- oportunidad.
El encuentro frente a Osasuna correspondiente a la 24ª jornada -aplazado en su momento por la nieve que cubría Mendizorroza- se convierte ahora en un puente de oro hacia la zona templada de la clasificación siempre que el conjunto de Alberto sea capaz de conservar los tres puntos en liza. Un objetivo que parece más factible tras el notable encuentro protagonizado hace apenas cuatro días en el mismo escenario.
Si es capaz de mantener la línea mostrada en esa cita y en su anterior comparecencia en el Paseo de Cervantes (contra el Zaragoza ), el Alavés estará en el camino de alcanzar su propósito. Si, por el contrario, vuelve a recuperar el perfil timorato y conformista de otras citas -sin ir más lejos los dos duelos de la reciente gira catalana por Sabadell y Palamós-, volverá a tirar por el retrete una ocasión para evitar riesgos poco recomendables e innecesarios.
El duelo, en cualquier caso, cuenta con todos los ingredientes para convertirse en una exigente prueba del algodón para la escuadra albiazul. Porque a la intensidad propia de todos los derbis con Osasuna como antagonista, se añade la acuciante necesidad de puntuar con la que llega al choque el combinado navarro y la gravísima situación institucional en la que se halla inmerso.
De esta manera, el plantel rojillo se encuentra ahora mismo en el 18º puesto de la clasificación, el que marca la frontera con las posiciones de descenso, y los 31 puntos de su casillero únicamente le confieren dos de renta sobre el Racing, el primero de los que están por debajo de la línea roja.
Pero es que, además, la tendencia que presenta es más que preocupante. Los números, no dejan lugar a las dudas. En las seis últimas jornadas, Osasuna únicamente ha sido capaz de sumar un punto de los dieciocho que se han puesto en liza. Concretamente, el conseguido el pasado fin de semana en el tiempo de descuento de su enfrentamiento con el Alcorcón. Por si esto fuera poco, el equipo se encuentra en una gravísima sequía anotadora que le ha llevado a marcar un solo gol (precisamente en el citado duelo) en estos 540 minutos de juego.
Una trayectoria que provocó la destitución de Jan Urban y la llegada al banquillo del exalavesista José Manuel Mateo hace dos semamas. En ese tiempo no ha conseguido revertir de momento la inercia del conjunto navarro, por lo que afrontará la visita a Mendizorroza con todas las ganas de que suponga el punto de inicio de esa ansiada reacción.
Para ello deberá estar preparado el Deportivo Alavés si no desea encontrarse con una desagradable sorpresa. Igualar la intensidad rival es el objetivo mínimo y, a partir de ahí, tratar de ofrecer el juego de presión y despliegue ofensivo que le permitió pasar por encima de Zaragoza y Mallorca.
A pesar del poco tiempo de descanso y recuperación con el que ha contado el combinado vitoriano, parece bastante poco probable que Alberto opte por introducir novedades en una alineación que está ofreciendo buenos rendimientos. Así, a priori, la obligada baja del lesionado Rafa García se antoja como el único cambio respecto al compromiso del sábado. Su puesto lo ocupará Toribio, de nuevo a disposición del técnico tras haber cumplido ante el Mallorca su sanción. En consecuencia, el once inicial del Glorioso estaría integrado por Goitia; Unai Medina, Laguardia, Jarosik, Raúl García; Toribio; Toti, Manu García, Juanma, Manu Lanza; y Barreiro.