Mostró cartulina amarilla a Laguardia (minuto 29), Ié (minuto 33), Toti (minuto 35), Vélez (minuto 45), Raúl García (minuto 56), Adama (minuto 58) y Macky (minuto 87).
barcelona - El Deportivo Alavés que durante varias semanas se había perdido errando el camino que venía siguiendo ya ha encontrado de nuevo el norte en su particular brújula. La grave crisis de resultados de diciembre y principios de enero vino marcada por una sangría defensiva de calibre mayor que echó por tierra esa condición de equipo sólido y seguro que el bloque de Alberto se había ganado con merecimiento. De un tiempo a esta parte, El Glorioso vuelve a ser el mismo que el del arranque de la temporada. Consistente, trabajador y solidario en el esfuerzo. Nunca faltó un amigo para echar una mano. Pero, al mismo tiempo, el cuadro albiazul volvió a dejar claro que en vanguardia tiene serios problemas. Tuvo unas cuantas buenas ocasiones, pero todos sus disparos se fueron desviados. De nuevo, ese puntito de acierto se echó en falta y aunque el regusto del punto en Barcelona no es malo, ni mucho menos, siempre queda la sensación de que el premio podía haber sido mayor.
Dejó Alberto claro en la previa que el Barça B no se le podían conceder facilidades y habló de tratar de poner cortapisas al efectista juego culé. Para ello, con la solución de urgencia de Sangalli en el lateral derecho, apostó por una alineación de eminente perfil físico en todas sus posiciones, con la única excepción de Lanza. Ni siquiera en la mediapunta, donde normalmente actúa Juli, dejó espacio el irundarra para la duda. Con Rafa García en esa posición y Vélez arriba, la idea de tratar de ahogar al oponente -además de contra con un enorme poderío en el juego aéreo- era clara.
La presencia de Rafa García en una posición tan adelantada ejerció de cortafuegos. El de Ciudad Real prestó especial vigilancia a Samper, el ideólogo en la creación de juego barcelonista, y sin la referencia de su cerebro el juego del equipo de Vinyals se desdibujó por completo. Con el riesgo permanente de que una exquisitez individual generase el desequilibrio, el Alavés fue capaz de tejer una tela de araña de extremada consistencia que cortocircuitó por completo el habitual juego combinativo del filial barcelonista, que no fue capaz de hacer circular el balón entre sus pies con soltura casi en ninguna ocasión.
Eso sí, el problema ante este oponente es su descomunal talento. Así, un disparo al larguero de Sandro y un flojo remate de cabeza de Diagne tras acción individual de Adama pusieron un nudo en la garganta vitoriana. La velocidad del de Hospitalet, como en la primera vuelta, volvió a ser la gran amenaza de un Barcelona, por otra parte, ex exceso desorientado en su juego.
Y eso fue por mérito de un Glorioso pertrechado de maravilla y con un sensacional trabajo de ayudas. Mucha presión, mucho esfuerzo, pero con la confianza de tener siempre cerca una camiseta naranja amiga para echar una mano. Así lo hizo Toti con un Sangalli que no sufrió en exceso en la primera parte y, sobre todo, un Lanza que siempre estuvo atento para desgastarse en beneficio del colectivo tanto en la presión a Samper como en las coberturas para tratar de tapar a Adama.
La única pega en el primer acto vino marcada por la escasa mordiente mostrada por un equipo que llegó muy poco a zonas de compromiso y que tuvo el punto de mira desviado cuando se encontró en las inmediaciones de Suárez. Vélez, Rafa García y Toti disfrutaron de tres disparos en buenas posiciones, pero ninguno de ellos fue capaz siquiera de probar los reflejos del meta.
La segunda parte fue un toma y daca que acabó con la sensación de que el Alavés podía haber dado un gran golpe sobre la mesa. Fue capaz el cuadro albiazul de detener las acometidas de un Barça B que salió brioso. Hubo unos minutos en los que el equipo de Alberto se desordenó, pero recuperó la templanza de cara a unos minutos finales en los que se jugó de manera casi permanente en el área visitante. Pero, de nuevo, las buenas llegadas no se acabaron materializando en remates de peligro, ni siquiera a balón parado. Consistente y sin mordiente, El Glorioso sigue ejerciendo de hormiga.
Faltó un puntito. El técnico albiazul eligió a Sangalli para suplir las bajas en el lateral derecho y lo acompañó con Toti para redoblar el trabajo defensivo. Situó a Rafa García en la mediapunta para entorpecer la creación de juego barcelonista y el planteamiento le funcionó a la perfección, ya que el equipo sufrió muy poco. La pena fue que en las ocasiones no se tuvo nada de puntería.
Mucha seriedad. El Alavés ahogó el juego combinativo del Barça B impidiendo su salida cómoda y solo sufrió en acciones de calidad individual, como un disparo al larguero de Sandro y las internadas de Adama. Manu Fernández se quedó imbatido por tercera jornada consecutiva.
Disparos sin puntería. El buen trabajo defensivo no se vio acompañado por un rendimiento ofensivo en consonancia, pero sobre todo por la falta de acierto en varios remates que ni siquiera encontraron el camino de la portería para poner en apuros a Suárez. Se llegó con cierto peligro, pero los disparos no fueron buenos.
Alberto optó por el centrocampista de Cuidad Real como enganche en sustitución de Juli y Rafa García ofreció un gran rendimiento siendo clave en la presión adelantada del equipo.
El navarro no hizo para nada un mal partido, ya que su trabajo de presión y desgaste fue muy importante, pero le faltó eso que le les pide a los delanteros, que es acierto en el remate.