Vitoria - El Deportivo Alavés cerrará el mercado invernal con solo una incorporación en sus filas, pero lo cierto es que en las últimas semanas Alberto ha ido ganando muchas piezas en su plantilla más allá del fichaje de Manu Lanza. Las lesiones habían sido un grave problema para el técnico irundarra en el primer tramo de la temporada y a lo largo de este mes de enero los jugadores que se encontraban desde hacía tiempo en el dique seco se han ido sumando progresivamente al grupo. Así, un plantel que se había evidenciado escaso en muchos momentos ahora ha alcanzado una profundidad que va a permitir que exista una competencia feroz en los entrenamientos que, en buena lógica, debería redundar en beneficio de un equipo que en breve empezará un nuevo período de ascenso desde el punto de vista físico tras haber pasado por un lógico valle después de un arranque de curso al máximo nivel.

Salvo sorpresa monumental que nadie espera en las próximas horas, el Alavés encarará la segunda parte de la temporada con veinticuatro jugadores. La llegada de Lanza incrementó en una las fichas disponibles con respecto al inicio del curso, pero la realidad indica que en la primera vuelta Alberto apenas pudo echar mano de dos futbolistas como Jiri Jarosik y Rafa García, lesionados ambos de larga duración. Decisiones técnicas a un lado, como los pocos minutos de algunos futbolistas llamados a ser muy importantes y que apenas han tenido relevancia, lo cierto es que las ausencias del central checo y del mediocentro de Ciudad Real supusieron una merma importante en cuanto a las opciones en esas demarcaciones.

La baja de Jarosik ha permitido que Einar haya disfrutado de mucho más minutos de los inicialmente previstos, pero la acumulación de esfuerzos también ha pasado factura al canterano, de baja ahora por una rotura de fibras. Lo mismo se puede decir de Migue, que se pasó algo más de un mes fuera del equipo por una dolencia muscular. Incluso Laguardia se perdió un partido por lesión, al que hay que añadir otro más por sanción. Esa escasez de piezas ha propiciado que en muchos partidos el técnico albiazul no haya tenido siquiera opción de elegir.

Lo mismo le ha pasado con la pareja de pivotes, ya que el traumatismo craneal de Rafa García vino a unirse a un largo período de baja de Beobide en el arranque del curso al que luego sucedió una lesión muscular de Manu García. En varios partidos no ha existido opción alternativa a la única existente y eso ha propiciado también la acumulación de unos esfuerzos que a partir de ahora estarán más repartidos.

Precisamente, el entramado defensivo ha sido el más severamente castigado por las bajas, ya fuesen las mayoritarias en forma de lesión o las minoritarias en forma de sanción. Los únicos que se han librado de unas y otras han sido un Raúl García que ha dispuesto de minutos en los veintidós partidos disputados hasta la fecha -el único con todos los partidos en su haber, además del guardameta Manu Fernández- y un Dani Toribio que solo se perdió el primer compromiso liguero, cuando aún no había cerrado su fichaje por el cuadro vitoriano.

acumulación de efectivos Con Jarosik y Rafa García ya restablecidos, la competencia aumentará de manera significativa y también las opciones de Alberto de hallar alternativas tácticas, una cuestión que anteriormente ni siquiera se podía plantear en muchas ocasiones por la falta de piezas. Y, al mismo tiempo, permitirá seguir apostando por las recuperaciones calmadas y sin necesidad de apurar los plazos cuando existan problemas físicos, una política que siempre se ha intentado seguir a rajatabla a pesar de que en algunos casos no se haya podido apostar, también, por otorgar el descanso necesario a algunos jugadores que necesitaban parar pero que tuvieron que seguir jugando por la falta de alternativas.

En vanguardia los problemas por las bajas no han sido tan importantes, sobre todo por la capacidad de varios futbolistas de actuar en diferentes demarcaciones o por soluciones que se han dado desde el banquillo con la reubicación de piezas que en principio no estaban destinadas al aparato ofensivo. Es el caso de un Raúl García que últimamente juega más de extremo que de lateral, una cuestión que unida a la incorporación de Lanza hará que los minutos en la vanguardia se encarezcan al máximo. Eso sí, al mismo tiempo Alberto tendrá la opción de contar con alternativas diversas para encarar cada partido.

Si los problemas con las lesiones no vuelven a golpear de manera tan severa como hasta ahora -la cuestión de las sanciones no ha supuesto gran merma pese a las cuatro expulsiones acumuladas, ya que el cuadro albiazul es el tercero con menos amarillas en Segunda y en total los partidos de castigo solo han sido siete-, el técnico albiazul tendrá a partir de ahora la oportunidad de manejar una plantilla muy amplia en la que las alternativa serán diversas y en las que la competencia en los entrenamientos por lograr el puesto en el once inicial tendrá que redundar en beneficio del rendimiento del colectivo.