Vitoria - La primera vuelta liguera toca esta noche a su fin para un Deportivo Alavés que ha llegado mucho más apurado de lo que esperaba al ecuador del calendario. Los tres puntos son una necesidad cada vez más imperiosa teniendo en cuenta que en 2015 el sabor de la victoria no ha sido degustado todavía por el cuadro albiazul. El colchón afianzado en el primer tercio de la competición se mantiene prácticamente invariable a pesar de la crisis, pero es necesario volver a sumar tres puntos cuanto antes para evitar males mayores. Si hubiese que elegir un rival para hacerlo, la clasificación señala que es imposible encontrar uno más complicado que el Las Palmas. Líder de la Liga Adelante y ya campeón de invierno, el equipo canario cuenta con una plantilla colosal, solo ha perdido dos partidos en todo el curso y tiene un peligro mortal en el ataque, siendo el máximo realizador de la categoría. Todo eso lo sabe de sobra El Glorioso, que tiene que recuperar sus mejores armas -solidez defensiva, intensidad e instinto asesino- para cerrar la primera fase de la competición con 26 puntos en el casillero y un margen amplio con respecto a la zona roja.

“Es un buen momento para testarnos otra vez, para buscar ganar otro partido en casa. Todos valen tres puntos, pero hay algunos que, para bien o para mal, te marcan. Por ejemplo, el día del Mirandés es una derrota en la que te vas con una mala sensación y te marca más que una simple derrota y este es el típico partido que si lo sacas adelante te puede servir para algo más que sumar puntos”, señalaba ayer Alberto, que se juega el puesto en los dos partidos consecutivos que el equipo va a jugar en Mendizorroza frente a Las Palmas y Leganés.

Tras el duro varapalo sufrido ante el Mirandés y después de haber ofrecido una imagen triste en la visita al Valladolid, el Alavés necesita recuperar sus señas de identidad. Lejos en la memoria queda ya el recuerdo del equipo serio y solvente en defensa que concedía muy pocas ocasiones a sus rivales. La media de dos goles encajados en los últimos seis partidos resulta del todo insostenible para un equipo que arriba tampoco cuenta con dinamita. El examen esta noche, en este sentido, será de categoría. Ni más ni menos que el mejor ataque de Segunda División, liderado por el argentino Sergio Araujo que es, junto a Rubén Castro, el más eficaz punta de la categoría.

“No estábamos siendo un equipo muy goleador, pero éramos muy sólidos atrás. La línea defensiva está siendo especialmente maltratada en cuanto a lesiones, está siendo un problema que repercute en los automatismos. Estamos trabajando mucho, pero influye a todo el equipo y es urgente recuperar la solidez y que el equipo vuelva a sentir que es difícil hacerle ocasiones”, aseguró el preparador alavesista.

Tras la derrota contra el Mirandés, Alberto aseguró que iba a realizar cambios en la alineación. Y cumplió con muchas sorpresas, alguna de ellas difícil de explicar. Ayer, el irundarra volvió a avanzar que moverá el árbol de nuevo en busca de soluciones: “Hay que mover cosas. Ganando te cuesta más, pero cada partido es diferente. No puede cambiar ocho cada semana, pero cada partido requiere un tipo de jugadores. Puede que alguno haya trabajado bien esta semana, pero que no esté por no encajar en lo que requiere el partido”.

Adivinar por dónde va a tirar el técnico guipuzcoano es una incógnita. Los únicos que parecen tener el sitio asegurado en el once son Laguardia y Einar. Y eso por ser los únicos centrales disponibles. En el resto de posiciones cualquier cosa puede pasar. La revolución en Valladolid fue tan llamativa que no sería de extrañar otra vuelta de tuerca.

Con unos u otros, el Alavés necesita regresar ya a su mejor versión para tener opciones de superar a un oponente que se ha mostrado excepcionalmente poderoso durante todo el curso y que pretende cerrar la primera vuelta con 45 puntos, lo que supondría tener el ascenso muy encarrilado. Echar un vistazo a la plantilla de Paco Herrera asusta. Tenía de todo y en cantidad y ha fichado a Viera y Ortuño. Por eso, bajas tan destacadas como las de Ángel, Nauzet, Culio o Valerón ni siquiera se notan. Pero El Glorioso tiene una necesidad mayor y tendrá que sacar su garra para ganar.