Vitoria - Tras disputarse el primer tercio de temporada, justo después de la sensacional victoria en el campo del Betis en la decimocuarta jornada, el Deportivo Alavés, décimo entonces, veía de cerca un play off de ascenso que apenas se encontraba a dos puntos de distancia y había conseguido un colchón relativamente cómodo con respecto a la línea roja del descenso, sobre la que había amasado una renta de cinco puntos. El cuadro albiazul vivía su momento álgido, pero desde entonces una sima de dimensiones colosales se ha abierto bajo sus pies para propiciar una caída en picado en el final de la primera vuelta del todo inesperada. Cuatro puntos en seis partidos ha sido el escaso bagaje cosechado por el equipo de Alberto. Las opciones de mirar hacia arriba se han esfumado ya que el grupo cabecero ha pisado el acelerador en este tramo de competición. Pero, al mismo tiempo, la caída no ha resultado tan dura como sería de esperar con semejante mala racha. Y es que el hundimiento de El Glorioso es el mismo mal que está afectando a muchos otros clubes de la Liga Adelante, en tan mal momento o peor que el de los propios albiazules. Así, el Alavés ha caído hasta la decimocuarta plaza en la clasificación y el play off, con el que nadie especula ahora, se ha disparado hasta los ochos puntos. Pero, al mismo tiempo, la renta con respecto a la zona de descenso se ha mantenido prácticamente invariable y en plena crisis de resultados solo se ha perdido un punto de ventaja, de los cinco anteriores a los cuatro que se manejan actualmente. Sin duda, el clavo ardiendo al que hay que agarrarse en estos momentos, a la espera de un nuevo viraje en el timón para recuperar la buena senda antes de que ese margen de seguridad se esfume por completo.
Que el Alavés se encuentra en un momento crítico es una evidencia que desvelan sus registros. Cuatro puntos de los últimos dieciocho que se han puesto en juego son un balance que no da de sí para la salvación. Y suerte ha tenido el cuadro vitoriano, ya que tampoco es que hiciese méritos para superar al Albacete o empatar en Girona. Lo comido por lo servido, en este sentido, ya que con anterioridad el equipo de Alberto perdió una buena cantidad de puntos que de ninguna de las maneras se le debían haber escapado.
Pero, para fortuna del Glorioso, el invierno no solo se ha asentado en Vitoria. Y es que casi todos los clubes de la zona baja se encuentran en una situación ciertamente comprometida. Los ocupantes de la zona noble de la clasificación han apretado el acelerador a tope y otros que empezaron a trompicones han sido capaces de superar el primer bache. Pero los equipos que se encuentran en estos momentos en una situación de compromiso viven, casi todos ellos, una crisis alarmante. Y eso es lo que ha permitido a los vitorianos contar todavía con cierto margen de maniobra sin necesidad de caer en el histerismo de verse por debajo de la línea roja.
La clasificación amenaza fractura inminente y junto al Alavés hay una serie de equipos que parecen abocados desde ya a pelear únicamente por la permanencia. Y algunos de ellos parten con una desventaja muy evidente. El caso más claro es el que protagoniza el Albacete, que pese a haber sumado siete puntos en las últimas seis jornadas sigue siendo el colista al haber iniciado este tramo de competición con una renta en contra enorme.
En la zona baja, el equipo que ha salido mejor parado en este tramo ha sido el Tenerife, que ha sido capaz de embolsarse la mitad de los puntos que se han puesto en juego (8). A partir de ahí, la situación de todos los que compiten por evitar las llamas del infierno es bastante similar. El Llagostera ha sumado seis puntos, cinco han acumulado Lugo y Sabadell, en el grupo de cuatro junto al Alavés se encuentra el Mallorca y tres se ha llevado el Racing. Diferencias mínimas, en todo caso, que han permitido al cuadro albiazul hacer valer la renta acumulada en el primer tercio de la temporada ante la falta de reacción de los que parecen llamados a ser sus rivales directos por la salvación.
caída en picado Pero si los problemas para puntuar de la mayoría de los equipos de la zona baja son una evidencia palpable, la palma se la llevan Recreativo y Mallorca, que extienden sus respectivas crisis mucho más allá y se encuentran en una caída libre que viene de antes. Tanto andaluces como culés solo han sumado un punto en las seis últimas jornadas y han ido retrocediendo en la tabla a una velocidad vertiginosa. Los onubenses se encontraban a un punto del play off y se han hundido en la miseria. Una situación preocupante, dados los problemas económicos que arrastra el Decano y que le impiden fichar al tener suspendidos los derechos federativos por las denuncias de sus jugadores por impagos.
Pero para situación lamentable, la del filial barcelonista, que no gana desde la novena jornada. Entonces sumaba 14 puntos. En estos momentos solo tiene seis más y Eusebio se encuentra en la cuerda floja.
El mal momento de sus compañeros de viaje permite al Alavés mantener el agua todavía por debajo del cuello y respirar aún con cierta comodidad. Los cuatro puntos de ventaja que tiene en estos momentos con la línea roja le permitirán, pase lo que pase el fin de semana, cerrar la primera vuelta fuera de los puestos de descenso. Pero, en todo caso, la reacción tiene que ser inmediata ante el riesgo de que el resto de sus contrincantes acierten con el acelerador y el cuadro albiazul siga con el freno de mano echado.