Vitoria - La derrota contra el Mirandés ha provocado un enorme socavón en la confianza de un Deportivo Alavés que quería dar un golpe sobre la mesa en el primer partido del año y que acabó sufriendo un revolcón de dimensiones considerables ante el vecino burgalés. Apostaba el cuadro albiazul en ese duelo por una victoria que le permitiese superar los 25 puntos, que es estiman que son la mitad de los que se necesitan para salvarse a final de temporada, para así afrontar los dos últimos partidos de la primera vuelta con un amplio margen de tranquilidad. La derrota obliga ahora a sumar al menos dos puntos para alcanzar esa cifra particularmente mágica y no continuar con la irrefrenable caída en la clasificación. No será nada sencillo ante dos oponentes como Valladolid y Las Palmas, claros aspirantes al ascenso. Pero si algo ha demostrado este Glorioso es una capacidad competitiva que alcanza su máxima expresión cuanto mayor es el renombre de sus oponentes. En sus alforjas están las victorias en los campos de dos equipos que la pasada campaña militaban en Primera División, Osasuna y Betis. El Valladolid compartía el pasado curso categoría con navarros y sevillanos y en el José Zorrilla pretende el Alavés conseguir una nueva victoria que le aporte una dosis muy alta de tranquilidad. De lo contrario, los problemas del equipo albiazul se seguirán incrementando y la línea roja se acercará con amenazante peligrosidad. Y, en ese momento, quien se encontrará en serio riesgo es un Alberto que en estos momentos no puede tenerlas todas consigo.
Una victoria y un empate en los cinco últimos compromisos es un balance del todo escaso que ha lastrado las opciones de crecimiento de un equipo que apostaba por mirar hacia arriba tras su sensacional victoria en el Benito Villamarín, pero que, por el contrario, ha ido perdiendo fuelle con el correr del calendario. Un mal que ni siquiera se pudo zanjar con el cambio de año, ya que ante el Mirandés el cuadro albiazul sufrió su quinta derrota en ese periplo de cinco encuentros, precisamente la misma cantidad de tropiezos que se habían padecido en las catorce jornadas precedentes.
El Alavés ha perdido casi toda su fiabilidad y esa bajada en su rendimiento ha venido propiciada por unos problemas defensivos que eran prácticamente desconocidos en el primer tercio del curso. La portería defendida por Manu Fernández era antes difícilmente franqueable, pero de un tiempo a esta tarde el guardameta asturiano se ha visto privado de la seguridad con la que contaba anteriormente. La defensa ha bajado su nivel varios enteros y los goles han empezado a llegar en un torrente del todo inasumible. Sobre todo tendiendo en cuenta que a este equipo marcar le cuesta un mundo.
Restablecer la solidez defensiva del arranque del curso es el punto de partida que se marca un Alavés que tiene bien claro que no va a ir a ninguna parte encajando una media de dos goles por partido, un mal que está sufriendo en sus últimas apariciones. Ante un oponente como el Valladolid que es un auténtico muro atrás -segundo equipo menos goleado de la categoría con solo 14 tantos encajados-, contener al máximo a unos atacantes que han renacido en las últimas semanas -el 7-0 de los pucelanos al Barça B aún está fresco en la memoria blanquivioleta- tras un primer tramo de curso en el que tuvieron el punto de mira desviado y se vieron también perjudicados por las lesiones.
El equipo de Rubi vuelve a suponer un examen de máxima exigencia para un Alavés que, no obstante, ha sido capaz de sacar lo mejor de sí mismo en los momentos más complicados. Y ante un oponente que tiene la obligación de salir a por la victoria y jugar a pecho descubierto, el cuadro albiazul puede sacar a relucir sus mejores virtudes con su presión asfixiante y su capacidad para golpear a la contra.
Saliéndose completamente de su guión habitual, Alberto anunció ayer que realizará variantes con respecto al once inicial que naufragó la semana pasada ante el Mirandés. Para empezar, Ion Vélez se quedó en Vitoria fuera de la convocatoria de dieciocho. Y todo hace prever que los cambios serán variados y en todas las líneas para tratar de ofrecer una cara completamente diferente ante el cuadro vallisoletano.