Vitoria - El Deportivo Alavés emprendió ayer el siempre complicado viaje a Santa Cruz de Tenerife con el objetivo de reencontrarse con la victoria que se le ha negado en las dos últimas jornadas y también persiguiendo sumar de tres en tres a domicilio, una cuestión que solo ha logrado una vez en lo que va de campaña cuando se impuso a Osasuna. El equipo de Alberto se ha instalado desde el arranque del curso en el término medio y no acaba de explotar ni para bien ni para mal. No es capaz de encadenar varios éxitos consecutivos que le impulsen hacia la zona noble, pero tampoco sufre esos petardazos encadenados que le llevarían a las cercanías de los puestos marcados en rojo. De momento, El Glorioso es equidistante. Tan cerca, y tan lejos, de arriba como de abajo. Pero las series siempre acaban rompiéndose y, en ese sentido, el partido de esta tarde contra el cuadro chicharrero puede ser uno de esos que marcan si un equipo va a mirar hacia lo más alto de la montaña o va a tener que conformarse con tratar de escapar del pozo más profundo.

Como siempre que toca visitar el Heliodoro Rodríguez López, no se presenta un partido sencillo para las huestes de un Alberto que rememorará su estreno como máximo responsable del banquillo alavesista en dicho estadio hace poco más de siete meses. Entonces el cuadro albiazul fue pasado a cuchillo por un Tenerife siempre poderoso ante su parroquia que echó mano de la habilidad de sus atacantes para hundir en la miseria a unos vitorianos que apenas disfrutaron de opciones a lo largo de un encuentro en el que fueron barridos de cabo a rabo. Esta versión actual del Alavés dista mucho de aquella que heredó y acabó salvando Alberto, pero el peligro en los partidos en Santa Cruz siempre está latente.

Y es que el sufrimiento parece garantizado en el duelo de esta tarde con el equipo de un Álvaro Cervera que de nuevo ha conseguido enderezar el rumbo chicharrero tras un mal arranque de curso. Dos victorias consecutivas en las dos últimas jornadas, salida de la zona roja y evidencias de que su proyecto puede volver a despegar de la misma manera que lo hizo hace un año a estas alturas, cuando también consiguió enderezar el rumbo tras un arranque muy malo.

Calidad arriba no le falta al cuadro isleño y precisamente será la capacidad alavesista de contrarrestar esas armas ofensivas la que marque el devenir del choque. La seguridad atrás es uno de los valores fundamentales del equipo vitoriano y Manu Fernández y su defensa serán expuestos a una dura prueba en el Heliodoro ante un equipo al que como local le gusta llevar el peso del juego y que cuenta con excelentes recursos rematadores. El caso más evidente es el del recuperado Diego Ifrán, que lleva tres goles en los dos últimos partidos, y que cuenta con excelentes acompañantes como Suso, Cristo Martín o Ricardo León que son futbolistas muy habilidosos con el balón en los pies y a los que hay que prestar especial atención.

En esta tesitura, acertar con lo que se le está pasando a Alberto en estos momentos por la cabeza en cuanto a la alineación resulta ciertamente complicado. La opción de los tres mediocentros sería la más lógica de no mediar la ausencia de Rafa García, pero no sería descabellado que el irundarra apostase de inicio por Jagoba Beobide en el once titular para dar fortaleza a la zona ancha y dificultar el juego combinativo tinerfeño. Sea como sea, la clave pasará por mantener sólida la estructura defensiva y tratar de aprovechar, con un Barreiro en estado de gracia, las oportunidades que lleguen. - B. Mallo