Vitoria - En unos tiempos difíciles para la economía de los clubes, la explotación de las cesiones se ha convertido en un aspecto fundamental para los equipos según se va descendiendo en el escalafón del poder monetario. Si clubes como el Real Madrid o el Valencia han echado mano de los préstamos con futbolistas del calibre de Chicharito Hernández y Álvaro Negredo, la alternativa al fichaje en propiedad se extiende entre los más modestos, que de esta manera pueden optar a contar con jugadores de un caché y una calidad superior a un coste inferior al que habría que abonar en el caso de acudir al mercado libre. De manera mayoritaria, los clubes de Segunda División miran hacia lo que les sobra a los de Primera, aunque últimamente se han abierto mucho las puertas del mercado extranjero. En las direcciones deportivas y secretarías técnicas hay auténticos especialistas en encontrar este tipo de gangas que ofrece el mercado. El ejemplo más claro e histórico es el del Eibar, que siempre ha explotado a la perfección las cesiones. En la Liga Adelante, uno de los referentes en este sentido es el Tenerife, que cuenta en sus filas con cuatro jugadores prestados (Albizua, Guarrotxena, Uli Dávila e Ifrán) que forman parte de la columna vertebral del equipo que dirige Álvaro Cervera.

El cuadro chicharrero se encuentra en la zona media en cuanto a tope de gasto marcado por la LFP, pudiendo invertir en su plantilla hasta un total de 3,4 millones de euros, justo detrás de un Deportivo Alavés que puede gastar 3,5 millones. Con ese remanente en el bolsillo, los responsables de las contrataciones se echaron al mercado para reforzar un proyecto que se vio lastrado por la marcha de Ayoze Pérez al Newcastle. El adiós de una estrella que fue similar al ocurrido en Vitoria con el traspaso de Viguera al Athletic. Un buen remanente para las arcas de cada entidad, pero la pérdida de sendos referentes.

Precisamente los delanteros son las piezas más codiciadas en el mercado y, por ello, las más caras e inaccesibles. Con la continuidad de Aridane Santana, los canarios llamaron a diversas puertas en busca de jugadores a préstamos de capacidad goleadora y con un coste que no fuese excesivo para las arcas del club. Y así acabaron consiguiendo las cesiones de dos puntas que la pasada campaña ya militaron en la Liga Adelante y acabaron subiendo con sus respectivos equipos.

Procedente del Chelsea llegó a Santa Cruz Uli Dávila, héroe del ascenso del Córdoba con su gol en el descuento ante el Las Palmas. El mexicano es un habitual en esto de las cesiones y ya acumula cuatro consecutivas. Sin la calidad suficiente como para entrar en la plantilla del equipo de nuevo dirigido ahora por José Mourinho el delantero de 23 años ha militado en Vitesse, Sabadell y el citado cuadro andaluz. A su corta edad ya cuenta con una buena experiencia en Segunda y sus dotes goleadoras están constatadas.

También logró el ascenso a Primera la pasada campaña el uruguayo Diego Ifrán, en su caso en las filas de un Deportivo de La Coruña que lo reclutó en el mercado invernal y que resultó determinante con cuatro dianas. El sudamericano no ha llegado a cuajar nunca en una Real Sociedad en la que apenas contó para su mentor, Martín Lasarte, ni para sus sucesores en el banquillo Philippe Montanier y el recién sustituido Jagoba Arrasate. Tras ver demasiados partidos desde el banquillo y desde la grada de Anoeta, Ifrán se fue cedido al Deportivo el pasado mes de enero y en agosto se repitió el préstamo con el Tenerife, donde ahora es el máximo goleador del equipo con tres dianas.

Dos del Athletic Pero si una relación ha sido fructífera este verano para el cuadro chicharrero ha sido la entablada con el Athletic, que tiene a dos prometedores cachorros formándose en el equipo del Heliodoro Rodríguez López. Se trata de Unai Albizua e Iker Guarrotxena, quienes se quedaron sin sitio en los planes de Ernesto Valverde y a los que el club bilbaíno, un especialista en esto de prestar jugadores para que no vean cortada su progresión, encontró acomodo en Santa Cruz.

El caso de Albizua aún le revuelve las tripas a los alavesistas. El central fue una de las peticiones del club del Paseo de Cervantes al Athletic cuando consiguió el ascenso a Segunda División, pero el club bilbaíno se cerró en banda asegurando que los vitorianos no alcanzaban los mínimos económicos exigidos para cubrir la ficha. Al final, el defensa se pasó el curso entero prácticamente en blanco cuando en Mendizorroza, y más viendo el nivel de la defensa albiazul, hubiese disfrutado de muchos minutos. Albizua fue entonces el gran perjudicado por la guerra entablada entre ambos clubes a cuenta del fútbol base -situación que se mantiene enquistada en estos momentos a pesar del acercamiento entre las partes del pasado verano-, pero esta temporada el Athletic no ha repetido el error y el futbolista se fue al Tenerife de la mano del extremo Guarrotxena y los dos están siendo muy importantes en los planes de Álvaro Cervera.