Vitoria - Tras el receso copero saldado con triunfo, el Deportivo Alavés regresa esta tarde a la competición en la que se juega las habichuelas y lo hace con la necesidad de ganar para no comenzar a meterse el problemas de cierta enjundia. Tras dos semanas consecutivas sin sumar de tres en tres, el conjunto vitoriano afronta en Mendizorroza un examen de máxima exigencia ante uno de los equipos que mejores sensaciones, y también números, está trasladando en el arranque del nuevo curso en la Liga Adelante. Se trata del Lugo, un oponente peculiar por su gusto por dar un buen trato al balón y amasarlo entre sus piernas -es el equipo que da más pases en la Liga Adelante, con una media de 560 por partido- y que solo ha sufrido una derrota, ante el Las Palmas, en los diez compromisos oficiales que ha disputado entre Liga y Copa. Un rival de envergadura al que es tremendamente complicado batir -ha encajado nueve goles, pero han llegado en tres partidos en los que le han metido tres tantos, habiendo dejado su portería imbatida en los otros siete- y que en ataque resulta bastante peligroso, sobre todo en las acciones a balón parado. Seguramente, el examen más exigente de todos los que ha tenido que afrontar el equipo de Alberto en lo que va de curso y en el que la victoria se convierte en una necesidad para no empezar a coquetear absurdamente con la zona roja.

La victoria en Miranda en Copa ha servido para que la inquietud no se haya incrementado excesivamente en el entorno del club. La derrota en Mallorca fue tremendamente dolorosa porque el cuadro bermellón no demostró en ningún momento ser superior al albiazul. Pero son las áreas las que dictan sentencia y en la ofensiva este Alavés no está teniendo en acierto necesario para transformar en puntos sus buenas sensaciones. Son muchos ya los partidos que han acabado con el mismo mal sabor de boca, aunque en ninguna ocasión como en Son Moix. Oportunidades varias falladas en la primera parte, un gol regalado en el arranque de la segunda e incapacidad para reaccionar. Y todo ello ante un oponente de un pésimo nivel.

Episodios como el ahora reflejado no pueden volver a repetirse, pero casi con total seguridad en nada se parecerá el partido de esta tarde al jugado hace apenas siete días. El Lugo es un oponente completamente distinto al cuadro balear. Sólido en defensa, con gusto por controlar mucho el balón y demoledor sobre todo en las acciones a balón parado con David López como ejecutor. El equipo de Quique Setién mantiene durante muchos minutos la posesión del esférico y eso obligará al Alavés a realizar un enorme sacrificio en la presión para tratar de recuperar en zonas avanzadas. En este sentido, puede que el estilo del cuadro gallego le venga mejor a los albiazules que el de otros oponentes, como en Llagostera, que se limitaron a cerrarse organizadamente en torno a su área. Esta tarde habrá espacios y la clave será aprovechar las oportunidades.

En cuanto a la alineación, el gran problema para Alberto es la baja de un Tejera que había vuelto a ganar regularidad en el once tras superar unos problemas musculares. El barcelonés es de los pocos futbolistas de esta plantilla con capacidad para desbordar técnicamente y el técnico irundarra habrá de buscar una alternativa en la mediapunta. Juli y Sangalli parecen inamovibles en el once, así que entre Toti y Vélez se jugarán la última plaza en la alineación titular con la que el Alavés tratará de regresar a la senda de la victoria en la competición que verdaderamente importa. - B. Mallo