Vitoria - “Un club amigo”. Con estas simples palabras se referían ayer desde el Deportivo Alavés al Espanyol. Y no es para menos, ya que durante las últimas dos décadas las dos entidades han llevado a cabo una estrecha, y en bastantes caso fructífera, relación en forma de préstamos de diversos jugadores jóvenes que se han fogueado en Mendizorroza. Una situación que en estos momentos vive su enésimo capítulo con Sergio Tejera como protagonista. El mediapunta llegó en el último mercado invernal como cedido y esta condición se ha alargado durante la presente temporada.

Para entender esa magnífica sintonía hay que retrotaerse más de veinte años. Concretamente hasta la temporada 1992-93. Entonces Javier Zubillaga ocupaba, igual que hoy, el puesto de director deportivo alavesista. El riojano había colgado las botas al final de la temporada 1990-91 tras cuatro campañas vistiendo la camiseta del Espanyol y conocía a la perfección los entresijos de Sarrià. De sus buenas relaciones con el club periquito llegaron las cesiones de Jaume García y Manolo Serrano para el play off de ascenso.

Fue el comienzo de una gran amistad entre ambos clubes que se fue extendiendo a lo largo de los años venideros con los préstamos de los Codina, Tamudo, Ribera, Morales o Pedraza. Tras varios años alejados entre sí, en el regreso de Zubillaga al Alavés se retomó la buena sintonía entre ambas entidades como demuestra la actual presencia de Tejera en Vitoria. Eso sí, también hubo un tiempo de tiranteces, merced al fichaje por parte del Alavés de De Lucas, que levantó polvareda.

Por otra parte, el cuadro albiazul tratará de vengarse en esta eliminatoria de su último descenso de Primera, donde el actual técnico alavesista fue protagonista. Albiazules y periquitos se jugaban una plaza en la máxima categoría y el equipo vitoriano cumplió ganando al Deportivo, pero en el último minuto Corominas consiguió el gol que salvaba al Espanyol con su victoria ante la Real Sociedad en cuya portería estaba Alberto. - B. Mallo