vitoria - Gran parte de los males del Glorioso esta temporada, además de en el terreno de juego, hay que buscarlos en los despachos, concretamente en uno, el del controvetido director deportivo, Javier Zubillaga, que en una polémica decisión destituyó el 24 de febrero al entonces técnico del filial, José Manuel Mateo, por, según el club, desobedecer la orden de no alinear a dos jugadores del filial, Mikel Vesga y Ander Alday. Al parecer, los jóvenes se habrían mostrado reacios a negociar su continuidad en el club dado el escaso interés de éste por presentar una oferta mínimamente razonable y la existencia, además, de otros clubes interesados en mejorarla.
El enésimo polvorín A esas alturas de la temporada no tenía pocos problemas el preboste del club, Josean Querejeta, que entonces le incendiaron, o se dejó incendiar, el filial, metido en puestos de play off de ascenso a Segunda B con un juego brillante. Zubillaga, su hombre fuerte en la parcela deportiva, provocó el enésimo polvorín con el caso Mateo, al que despidió a las bravas no por los malos resultados, como ya había ocurrido en diciembre con Natxo González en el primer equipo, sino por un asunto interno que el propio Alavés, a través de una escueta nota oficial, resumió de la siguente manera: "El cese tiene su origen en las fuertes discrepancias sobre la filosofía deportiva del club". - A.G.