Vitoria - Toni Moral tiene una página propia en la nonagenaria historia del Deportivo Alavés. Su pierna izquierda fue clave en el último gran milagro de El Glorioso, el que le llevó a salvarse del descenso a Segunda División B al final de la temporada 2007-08. Su gol en el último segundo del descuento en el partido de la penúltima jornada contra la Real Sociedad servía para firmar la remontada en un derbi que llegaba al minuto 90 con derrota albiazul y certificaba el descenso. También lo hacía el empate conseguido por Jairo ya en el descuento. Pero el equipo mantuvo la fe hasta el último segundo y acabó encontrando la recompensa con el gol de Toni Moral, un tanto con el que se acabó el partido por la invasión de campo de un Mendizorroza que se volcó sobre los jugadores y, principalmente, sobre el héroe de aquella tarde mágica que abrió la puerta a la salvación en Vigo. En Balaídos también hubo que sufrir para ganar y asegurar la permanencia y el extremo izquierdo catalán considera que el ejemplo de aquella temporada también puede seguirlo ahora el Alavés. La receta es hacer piña en el vestuario, no perder la esperanza hasta el final y tratar de liberar la mente de toda la presión acumulada para ofrecer el mejor rendimiento posible sobre el césped. Así se obró entonces el milagro y así cree Toni Moral que El Glorioso puede volver a salvarse de nuevo.
¿Cómo recuerda aquella temporada en la que el Alavés se salvó casi contra todo pronóstico y después del que puede considerarse como el mayor milagro reciente de este club culminado con su gol en el último minuto del descuento ante la Real Sociedad?
-Fue un año bastante complicado porque estábamos en una situación muy difícil, con el club en concurso de acreedores y demás. Desde el principio fue muy complicado e incluso recuerdo que se llegó a temer por la supervivencia del club y todos esos problemas que existían en el entorno se trasladaron al césped. Fue un sufrimiento enorme hasta el último momento, pero el equipo era bueno y tenía calidad. Además, dentro del vestuario había muy buen grupo. Nos reuníamos muy a menudo para hablar de la situación complicada que teníamos e intentar buscar soluciones. La gente estaba muy implicada con el club y creía en la salvación y con un poco de suerte y la fe que pusimos lo acabamos consiguiendo.
Aquel equipo incluso llegó a estar virtualmente descendido en ese recordado partido contra la Real pero no dejó de luchar nunca...
-Estábamos en una situación en la que, al menos en mi caso, veía que ya no teníamos nada que perder. Prácticamente todo el mundo nos daba por muertos y entonces poco se podía perder. Lo único que había que hacer era salir al campo, jugar lo mejor posible y esperar que la suerte nos acompañara. Y así fue. Pasamos por momentos de la temporada en los que la presión era muy grande, pero llegados a ese momento, como las opciones eran tan escasas, fue como si desapareciese de esa presión de encima y echamos el resto. Esa sensación de que ya no había nada que perder nos llevó a liberarnos un poquito mentalmente y así las cosas nos salieron mejor en el césped.
Ha destacado la unión del vestuario en esos momentos finales con muchas charlas entre ustedes.
-Eran reuniones constantes y la gente estaba muy implicada. Seguramente ahora en el vestuario del Alavés estén en esa misma línea que estábamos nosotros entonces, con reuniones y animándose los unos a los otros para hacer todo lo posible para sacar adelante una situación tan complicada.
En este sentido, este Alavés es bastante parecido a ese que se salvó. Le han llovido palos por todos los lados pero se mantiene inamovible la fe en la salvación y en el campo nunca se dan por vencidos por mal que se den las cosas.
-Es normal que desde fuera, desde el entorno del equipo, la gente pierda la esperanza. Te pones a echar cuentas y a hacer números y ves que en toda la temporada no has sido capaz de sumar los puntos necesarios y consideran que es imposible hacerlo todo de golpe al final. Pero se puede hacer. Es cuestión de ponerle fe y salir a darlo todo. No hay otra manera de hacerlo. Y creo que este equipo puede repetir aquella salvación.
El ejemplo de aquel equipo, que peleó hasta el último segundo a pesar de tener casi los dos pies en Segunda B, es útil ahora.
-Hay que mantener la fe hasta el final. Que no sea por no haberlo intentado y por no haber peleado hasta el último segundo.
En el caso suyo personal, seguramente haya sido uno de los capítulos más memorables de su carrera deportiva. El gol en el último minuto ante la Real Sociedad, la invasión de Mendizorroza por parte de la afición, la salvación en Vigo, la grada de Balaídos celebrando la permanencia...
-Durante mi carrera he vivido muchos momentos especiales, pero como aquel gol estoy seguro de que ninguno. Fue un ambiente espectacular y también la comunión con la afición. Fue un momento muy bonito, sin duda. Cuando recuerdo la trayectoria que he vivido en el fútbol en los últimos años, es el momento que más puedo destacar.