Vitoria - En el seno del Deportivo Alavés desarrollar el trabajo con naturalidad e intentando no poner vallas en medio del campo parece en ocasiones imposible. Ayer se vivió un nuevo episodio de esos incomprensibles por parte de un club que se empeña en enredarse él solito en cuestiones de extremada sencillez. La cuestión es que el entrenamiento matinal en Ibaia iba a desarrollarse a puerta abierta, permitiendo la entrada a la ciudad deportiva de los aficionados y los medios de comunicación que cubren el día a día del equipo. Y así fue al principio de la sesión, hasta que a alguien se le ocurrió que la misma iba a celebrarse a puerta cerrada y que las escasas personas allí congregadas ajenas al club debían abandonar el recinto. Faltaba un cuarto de hora para las once de la mañana y la plantilla ya se encontraba desde hacía un rato realizando los primeros ejercicios físicos cuando empleados del club trasladaron la decisión a los allí presentes -apenas media docena de aficionados y un par de periodistas- y echaron el candado a la puerta.

Que el cuerpo técnico quiera desarrollar ciertos entrenamientos -o todos ellos- a puerta cerrada para ocultar su trabajo y sus intenciones entra dentro de toda lógica. Hasta ahí, poco que reprobar. El problema viene cuando en el plan de trabajo de la semana hecho público el domingo se especifica que la sesión correspondiente al miércoles se va a realizar a puerta abierta, situación que se mantiene en la página web del club y en la propia cuenta de Twitter -posteriormente se pidieron disculpas por el cierre repentino de la sesión- con el entrenamiento comenzado y gente ya dentro de las instalaciones.

Las explicaciones, como no podía ser de otra manera, fueron peregrinas. Primero aludiendo a una decisión tomada el martes por la tarde y señalando que la sesión abierta iba a celebrarse el viernes en Ibaia para posteriormente anunciar un cambio de planes mucho más drástico, según el club, por la masiva petición de las peñas y aficionados de asistir al entrenamiento del sábado para animar al equipo.

Así las cosas, lo que en principio iba a ser un entrenamiento abierto en Ibaia en la matinal sabatina se traslada a Mendizorroza en una sesión en la que las puertas de la grada de Polideportivo estarán abiertas desde las 10.15 a las 10.45 horas para que los aficionados que así lo deseen puedan ir a mostrar su apoyo al equipo en el transcurso del calentamiento. Posteriormente, las puertas del estadio del Paseo de Cervantes quedarán cerradas a cal y canto para que Alberto desarrolle su trabajo.

Un episodio más de la falta de normalidad y cordura en el trato del club a aficionados y medios de comunicación, que hubieron de esperar casi dos horas para acceder a Ibaia al no haber recibido aviso previo del cambio. - DNA