vitoria - Lo milagroso del Alavés en la presente campaña es que a pesar de empeñarse jornada tras jornada en ofrecer una imagen lamentable -un perfil que lo ha hundido en las catatumbas de la tabla desde el comienzo de la Liga-, continúa vivo a falta de cinco jornadas para el final, que ya en sí mismo es un triunfo, puesto que en otro tiempo no muy lejano, cuando el nivel competitivo de la Segunda era otro, el conjunto albiazul hace ya tiempo que estaría descendido. Pero quedan cinco partidos y existe margen para seguir soñando. La última bala pasa por Mendizorroza este domingo ante el otro Deportivo, el de La Coruña, el líder, ante el que sólo vale ganar o ganar. Para lograrlo, eso sí, existen al menos cinco imponderables que se han de cumplir para continuar creyendo en el milagro.

La permanencia pasa, entre otros, por mantener la puerta a cero y evitar a toda costa 'regalos' como el que el Alavés entregó con el segundo gol ante la Ponferradina, un disparate para un equipo que se está jugando la vida. En esta línea, el modelo a seguir debe ser la actuación lograda hace tres partidos ante el Recre, donde el equipo se impuso 0-2 con una solidez defensiva encomiable y una pegada contundente.

En un escenario de máxima tensión como el que rodea a El Glorioso, todos los mensajes, por pequeños que sean, inciden en el equipo. Y especialmente si proceden desde el banquillo. El domindo en El Toralín, tras una esperanzadora primera mitad, Alberto envió un mensaje equivocado y confuso cuando menos lo necesitaban sus hombres. Un cambio conservador que dio al traste con todo. El equipo se echó atrás, reculó en exceso y entregó el balón.

Puede que esté en baja forma, que corra pocos kilómetros por partido o que defienda tarde y mal, pero de lo que no cabe duda es de que sus goles, los 23 goles de Viguera, están manteniendo al equipo en la pomada. Marcó uno de los dos tantos de la victoria (0-2) ante el Recre y el definitivo 1-0 ante el Mallorca una semana después en casa, sin emargo apenas dispuso de ocasiones en El Toralín. Así que urge que el domingo recupere la pólvora el riojano ante los coruñeses.

El caso de Guzmán es sintomático. Luego de cumplir una severa sanción de cuatro partidos tras su expulsicón contra el Mirandés, el interior extremeño ha desaparecido de la convocatoria. No hay lesión de por medio, así es que, aparentemente, solo se trata de una cuestión técnica. Sin embargo, el hombre más determinante en banda, un desatascador perfecto para partidos encerrados, sigue de 'vacaciones' en Ibaia mientras el equipo peca de mordiente.

'Mendi' debe volver a ser un hervidero el domingo como en las grandes ocasiones porque no hay vuelta atrás. Todo lo que no sea ganar al Dépor significará que el Alavés forma parte ya, casi de manera definitiva, del pelotón de descendidos. Después de que más de 600 aficionados se desplazaran hasta Pontevedra, el club debería volver a activar esta semana el factor campo para convertir su feudo en una olla a presión contra los gallegos.