ponferrada - Si la primera mitad disputada ayer en El Toralín ofreció los mismos patrones de conducta defensivos que habían llevado al Alavés a sumar dos victorias consecutivas, tras el descanso volvieron los fantasmas del pasado, los mismos que han lastrado al equipo al fondo de la tabla con un rosario de errores imperdonables para un equipo que aspira a mantenerse en Segunda División. En este sentido, el 2-1 de Acorán en el minuto 70 fue el ejemplo más palmario, con una jugada lamentable que arrancó en la propia portería de la Ponferradina. Un saque con la mano de Santamaría al propio Acorán inició un eslalom de éste de casi 70 metros, que incluyó una plácida pared en mitad de la cancha y una actitud defensiva intolerable en la que nadie quiso pararle y en la que se reculó, caso de Jarosick, en exceso hasta que pisó su propia área. Pero ya fue tarde. Acorán cruzó perfectamente por bajo y Crespo nada pudo hacer. "Quizá he debido hacerle hacer falta pero son milésimas y después de una conducción tan larga... Le dejamos llegar hasta el área y eso fue determinante. Hay que aprender de ello", reconoció Álex Ortiz en Radio Vitoria. - A. G.
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