Huelva - Desde que asumiese la máxima responsabilidad en el banquillo, Alberto venía repitiendo que este Deportivo Alavés no estaba excesivamente lejos de las victorias. El muro insalvable para este equipo eran sus propios errores, las perennes concesiones a unos rivales que apenas tenían más que aprovechar los fallos del cuadro vitoriano para conseguir goles casi regalados. Ante eso, el notable nivel futbolístico que durante buena parte del curso ha exhibido este equipo de poco servía. El reloj de la permanencia marcaba ya la hora de la resurrección o la muerte. Y El Glorioso ha cogido la senda de la vida. Sin errores de bulto, este Alavés no es menos que nadie. Así lo demostró de nuevo en el Nuevo Colombino pasando por encima de un Recreativo maniatado por la presión albiazul y ejecutado por la magia de este equipo en los metros finales. Vuelta a la vida, aún hay esperanza.
Alberto incluyó un par de variaciones con las entradas de Rubio y Emilio Sánchez por Medina y Serrano. Varió el técnico irundarra el dibujo para pasar del 4-4-2 al 4-2-3-1 y pobló de piernas el centro del campo, precisamente la zona donde flaquea un Recreativo que con ese estilo importado por Sergi del Barcelona en el que impera el 4-3-3 se halló en inferioridad numérica en la zona ancha. Ahí comenzó a marcar el Alavés su alto ritmo a base de una intensidad muy elevada, una presión muy adelantada y mucha fuerza física.
El Glorioso volvió a demostrar en el Nuevo Colombino que ni de lejos es uno de los peores equipos de Segunda. Si al fútbol solamente hubiera que referirse, este conjunto debería estar muchos escalones por encima del que actualmente ocupa. Pero con tantas concesiones, el buen nivel exhibido en gran parte del campeonato se ha quedado prácticamente en nada. Por poner un ejemplo, en el recuerdo está todavía el mismo duelo de ayer en la primera vuelta. Entonces el Recreativo se vio atropellado en Mendizorroza, pero los errores albiazules les regalaron el empate. Ayer, sin apenas fallo atrás, los pupilos de Alberto se mostraron enormemente superiores a uno de los aspirantes al ascenso.
Ante un oponente que no gusta de la pelea y que arrastra también enormes problemas defensivos, el Alavés disfrutó. En defensa fue capaz de contener sin problemas a los atacantes onubenses, sobre todo gracias a un gran trabajo de recuperación en los primeros metros. Ahí se vaciaron Vélez y Toti, bien secundados en segundo línea por un trabajador Emilio Sánchez y, cómo no, por los siempre destajistas Manu García y Beobide. Con recuperaciones en zonas adelantadas, los balones en busca de la magia de Viguera fueron un peligro constante como también lo fue la presencia del equipo en los últimos metros del campo.
La insistencia en esas apariciones en las inmediaciones y dentro del área del Recreativo acabó encontrando premio. Una de esas concesiones que el conjunto vitoriano suele regalar a sus oponentes, pero en esta ocasión en sentido contrario. Saque de banda de Rubio, pelea de Viguera, balón muerto que nadie despeja y punterazo de Manu García.
El gol asentaba cada vez más a un Alavés que se crecía con el paso de los minutos al tiempo que el Nuevo Colombino le sacaba las vergüenzas a su equipo. Viento en las velas con la ventaja que se pudo conservar -opciones para ampliarla hubo- en un interminable descuento que cerró Crespo con una intervención espectacular.
Apenas tres minutos de la segunda parte necesitó El Glorioso para dejar resuelta la victoria, para volver a tomar una bocanada de oxígeno que le permite recobrar la vida. Una conexión más entre Vélez y Viguera la resolvió el riojano a la perfección para poner el 0-2 que sería el definitivo aunque bien pudo el cuadro albiazul llevarse un marcador más abultado ante un oponente que apenas inquietó a un Crespo que volvió a estar demasiado nervioso. Domingo de resurrección para el Alavés, que se agarra con uñas y dientes a Segunda. - DNA
El vitoriano fue el líder de un trabajo colectivo sobresaliente. Trabajador enorme en el centro del campo, recuperador incansable de balones y goleador para abrir el marcador.
Pocas cosas negativas se pueden decir del trabajo del Alavés ayer, ya que la implicación de todos los jugadores fue espectacular. Al salmantino solo le faltó aparecer un poco arriba.
0-1 (m. 26) Saque de banda desde la derecha de Rubio que pelea Viguera, el balón se queda muerte entre una maraña de piernas en el área pequeña y Manu García mete la puntera para superar a Cabrero.
0-2 (m. 47) Salida en largo de Samuel para Vélez y el navarro habilita a la perfección para la carrera de Viguera, que escorado a la derecha define a la perfección de disparo cruzado.
Amonestó a Toti (minuto 5), Montoro (minuto 16), Córcoles (minuto 39), Emilio Sánchez (minuto 41), Vélez (minuto 45+1), Jarosik (minuto 45+2) y Nong (minuto 67).
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