natxo González está buscando muchas alternativas y variantes tanto en alineaciones titulares como en los cambios, pero si un aspecto llama la atención por encima del resto es el poco uso que le está dando al único delantero centro con el que cuenta en su plantilla, un Mauro Quiroga que apenas acumula 201 minutos en la competición liguera a pesar de haberse destacado como un factor determinante cuando se encuentra sobre el terreno de juego. Y es que, de todos los componentes del plantel alavesista, el ariete argentino es el que mejor ratio de goles del equipo por cada minuto en el campo presenta, con unos registros espectaculares y siendo casi siempre protagonista en esas acciones que han acabado en las mallas de los rivales. El bonaerense ha marcado un gol y ha dado un par de asistencias, cifras que no son excesivamente destacadas, pero con él sobre el césped el Alavés ha marcado un gol cada 29 minutos, una cifra espectacular que mejora, y en mucho, la media de todos sus compañeros. No cabe duda de que este Factor Quiroga ha estado infrautilizado en no pocas fases.

Cierto es que en el plano ofensivo pocos reproches se le pueden hacer a este Alavés, pero no menos cierto es que en algunos partidos ha sido romo hasta el aburrimiento. Sobre todo a domicilio, donde muchas veces solo ha disfrutado de ocasiones bien entrados los minutos finales de cada duelo. Por esa razón se echa de menos una mayor presencia del argentino. Sobre todo teniendo en cuenta que cuando ha jugado su rendimiento no ha desmerecido en nada a sus compañeros. Ni mucho menos, ya que el Factor Quiroga ha sido clave para conseguir un buen puñado de goles y meter el miedo en el cuerpo de las defensas rivales, que han tenido mucho trabajo para contener al gigantesco nueve albiazul.

El argentino ha participado en nueve compromisos ligueros, pero en dos de ellos (Murcia y Recreativo) ya salió en pleno tiempo de descuento. De los otros siete partidos en los que ha jugado, en seis el Alavés ha conseguido goles mientras permanecía en el césped, con la única excepción del choque contra el Castilla. Utilizado casi siempre como revulsivo en los minutos finales, el cuadro albiazul le marcó al Las Palmas (32 minutos), Barça B (12 minutos y asistencia), Zaragoza (13 minutos) y Mallorca (26 minutos y asistencia). Y en el único partido que el que partió en el once inicial, ante el Mirandés, El Glorioso protagonizó la mejor primera parte del año, firmando tres dianas, una de ellas obra de Quiroga.

Pero, más allá de los números, también las sensaciones acompañan al argentino, que es un abrelatas en toda regla. Su presencia sobre el campo supone una amenaza continua para los oponentes. Sin ir más lejos, se pudo comprobar ante el Mallorca, cuando en los minutos finales el Alavés basó todo su juego de ataque en el desplazamiento en largo buscando la cabeza de su nueve, capaz de bajar al suelo lo mismo un pase que melones en toda regla. Quizá no se adapte a la perfección al juego de velocidad que propone Natxo González, sobre todo en Mendizorroza, pero en partidos trabados su presencia arriba se antoja trascendental para mantener al equipo estirado y no perder una amenaza en las cercanías del área rival, ya que requiere la constante atención de los centrales. El Factor Quiroga, esa presencia de un futbolista diferente al resto, que tiene la portería entre ceja y ceja y que facilita también el trabajo de los compañeros ofensivos. Esa media de un gol del equipo cada 29 minutos demuestra su relevancia en lo poco que ha podido jugar.

En este sentido, hay muchas cifras curiosas en este Alavés, que marca un gol cada 59 minutos (con el argentino la cifra se rebaja a la mitad) y que tiene en la figura de Beobide a su segunda jugador más relevante en este apartado, ya que con el azpeitiarra sobre el césped se consigue una diana cada 46 minutos, siendo Ion Vélez el siguiente en el listado con un tanto cada 50 minutos. La mayoría de la plantilla alavesista se mueve entre esos 50 minutos y los 70. Solo tres jugadores superan ese registro y quien presenta el peor registro de todos es Carlos Lázaro, ya que con la presencia del vallisoletano en el césped el cuadro albiazul necesita más de un partido entero (91 minutos) para marcar un gol, mientras que en los 100 minutos jugados por Laborda y en los 90 disputados por Medina el equipo no marcó.