Vitoria. Las noticias médicas que recibió ayer el Deportivo Alavés no fueron las peores posibles, pero dentro de la tesitura que vive el equipo tampoco puede decirse que sean buenas. Al menos, las pruebas a las que fue sometido Pepe Mora descartaron que el central castellonense sufra una nueva rotura de fibras, pero dictaminaron que arrastra una fuerte contractura en el gemelo de la pierna izquierda, lo que le impedirá, con total seguridad, ser de la partida en el compromiso del domingo ante la Ponferradina, aunque no existe un tiempo de baja estimado.
En todo caso, se trata de la tercera vez en lo que va de curso que Mora tiene que quedarse al margen del grupo. En las dos lesiones anteriores se perdió tres y dos partidos, respectivamente. El principal problema con el central es que no encuentra la continuidad, ya que después de cada lesión ha aparecido un nuevo problema. Le sucedió en Miranda, donde apenas aguantó 18 minutos sobre el terreno de juego, y le volvió a pasar en Palma de Mallorca, donde aguantó con problemas durante toda la primera parte antes de ser cambiado ya en el descanso. Dentro de los problemas defensivos que arrastra el Alavés, Mora es el central en el que más confía Natxo González por su experiencia y dotes de mando, pero su tendencia a sufrir lesiones musculares no le está permitiendo jugar tanto como el técnico desearía.
En el caso del castellonense ya existe diagnóstico, pero no así en el de Emilio Sánchez, que también cayó lesionado el pasado sábado y hubo de aguantar prácticamente cojo durante media hora sobre el terreno de juego porque los tres cambios ya se habían agotado. El albaceteño sufrió un pinchazo en los isquiotibiales y hoy mismo se determinará si sufre una rotura de fibras y cuál es su período de convalecencia estimado. En todo caso, está descartado de cara al domingo, al igual que el citado Mora, además de Juanma, Laborda y Medina.
La vuelta de Guzmán El lateral derecho vizcaíno es el protagonista de las buenas noticias, ya que ha recibido el alta médica después de dos meses de baja por culpa de una pubalgia. Medina ya se ejercita junto a sus compañeros, aunque no realiza con ellos todos los ejercicios y necesita de un período de readaptación para ponerse al ritmo del resto. Se espera que poco a poco vaya cogiendo tono físico y que progresivamente vaya entrando en la dinámica completa de los entrenamientos, pero, en todo caso, necesitará todavía unas cuantas semanas más para estar en plenitud de condiciones y ser de nuevo una alternativa dentro de los planes del equipo.
Quien sí que podría vestirse de corto el domingo, al menos para sentarse en el banquillo, es Guzmán, que en el entrenamiento de hoy realizará una prueba que será prácticamente definitiva para saber si el dolor ha desaparecido. El extremeño sufrió una fractura sin desplazamiento del quinto dedo del pie izquierdo y se estimaba un período de convalecencia de cerca de dos semanas. Ya se han cumplido diez días de ausencia y el futbolista comenzó ayer a realizar carrera continua. Guzmán tomará parte en la sesión de hoy con el grupo y si no siente molestias en el dedo podrá, al menos, sentarse en el banquillo en el choque contra la Ponferradina del domingo. En el caso de que el extremo diestro no se recupere completamente, Natxo González se verá obligado de nuevo a echar mano del filial, ya que Guzmán sería la sexta baja para ese partido y el técnico vitoriano solo contaría con 17 jugadores del primer equipo para la convocatoria.