Vitoria. A falta de cinco días para el decisivo encuentro ante la Ponferradina, que irremediablemente marcará el futuro de Natxo González al frente del equipo, los problemas continúan acumulándose en la caseta albiazul. De una lado los de índole psicológico -son ya varios los jugadores que arrojan dudas en privado y en público sobre cómo afrontar la actual situación- pero también los que se ciñen al aspecto físico, que una semana más impedirán al equipo encarar el próximo partido con plenas garantías. Desde que comenzó la temporada regular, no ha habido semana donde el cuerpo técnico haya podido disponer del plantel al completo para ensamblar sus sistemas, afilar sus virtudes y, sobre todo, limar las deficiencias, especialmente las defensivas, que a estas alturas del año resultan demasiado evidentes. Una hemorragia de goles encajados -24 en 15 partidos- inaceptable para un equipo que pretenda luchar al final de temporada por la permanencia.
Natxo González lo sabe, los jugadores también, y por descontado, la secretaría técnica que comanda Javier Zubillaga, que a pesar de mantener estos días un perfil plano en esta línea, ya trabaja en la búsqueda de un sustituto en el caso de que el domingo el técnico vitoriano no sume los tres puntos. En este escenario se mueve el fútbol. Y el Deportivo Alavés no es ninguna excepción.
Dudas y virtudes Por de pronto, como se comentaba con anterioridad, los problemas físicos no van a ayudar precisamente al técnico de Ariznabarra a solventar la papeleta ante la correosa Ponferradina, que llegará a Vitoria ocupando el 13º puesto en la clasificación con 19 puntos, cuatro más que el Alavés. En su último envite liguero cedió los tres puntos en casa ante el hoy líder Deportivo de la Coruña, cuya actitud y sistema de juego bien podrían marcar la línea a seguir por parte del Alavés para iniciar de una vez por todas una senda ascendente que le permita olvidarse de los puestos de descenso.
Superado el primer tercio de liga, son notorias las dudas que ofrece el equipo pero también las virtudes y el propio juego que ha desplegado ante rivales, a priori, superiores como el Recreativo de Huelva, lo cual invita al optimismo.
Pero no hay tiempo. Y las urgencias llaman a la puerta de un club que este año no puede permitirse el lujo de perder la categoría. Así que en lo que resta de semana se afanará por enmendar la imagen ofrecida el pasado domingo en Mallorca, donde además de con otra dolorosa derrota el equipo regresó con tres lesionados de los que ayer martes hubo noticias. El caso más grave fue el de Juanma, que sufre un esguince grado uno en el ligamento lateral interno de su rodilla derecha que le obligará a permanecer de baja, por lo menos, esta semana a la espera de las nuevas pruebas que le realizarán la semana que viene, anunció el club a través de su página web. Los otros dos tocados fueron Emilio Sánchez -que aguantó con molestias en los isquios varios minutos sobre el terreno al haberse hecho el Alavés ya los tres cambios- y el central Pepe Mora, con una sobrecarga muscular en su gemelo interno. Ambos jugadores pasarán hoy las pertinentes pruebas médicas para conocer el estado exacto de sus dolencias.