Vitoria. El presente económico del Deportivo Alavés dista mucho de parecerse al negro panorama que se vivía hace unos pocos años, pero tampoco todo es bonanza en la tesorería de la entidad del Paseo de Cervantes. La particular y pesada piedra en forma de concurso de acreedores que viene arrastrando, lo que supone cada año un desembolso cercano al millón de euros, se une esta temporada a las exigencias económicas marcadas por el regreso a la Liga de Fútbol Profesional. Y es que para el Alavés subir a Segunda División supuso un importante impulso económico, pero, al mismo tiempo, le ha obligado a hacer frente a otros gastos que no tenía cuando estaba fuera del balompié profesionalizado. En esta tesitura, una parte muy importante del presupuesto será destinada a esos pagos extraordinarios. Por ejemplo, en el meramente deportivo, el que a la postre ha de ser el más importante porque el objetivo de asegurar la permanencia es condición indispensable para que los cimientos del futuro del Glorioso queden ya definitivamente sustentados.

Entre la cuota concursal, el pago de las deudas posteriores al concurso, el canon de participación en Segunda y la devolución del dinero adelantado cobrado por los derechos televisivos, son más de dos millones de euros los que desaparecen directamente de las arcas alavesistas, prácticamente un tercio de los algo más de los siete millones de presupuesto que tiene prácticamente cerrado el club. Y es que, más allá de las deudas ya conocidas, la nueva directiva se encontró a su llegada con no pocos frentes abiertos y la obligación de negociar un calendario de pagos con sus nuevos acreedores y a esos abonos se va procediendo de manera puntual. Por otra parte, el canon de entrada en la LFP asciende a 500.000 euros, mientras que hay una devolución pendiente de otros 600.000 euros del dinero anticipado por Mediapro en 2007 por los derechos televisivos, cantidad que se abonará fraccionada al G30, el resto de clubes que integran el organismo.

Estas obligaciones arrastradas son las que llevaron a la LFP a situar el tope salarial de gasto en la actual plantilla en cerca de 2,5 millones de euros, una de las cifras más bajas de la categoría de plata. Y es que si en cuanto a presupuesto el Alavés en poco tiene que envidiar a muchos de sus competidores, la mayoría de ellos no tienen que afrontar semejantes gastos extraordinarios y ajenos a la práctica deportiva. Además, hay que tener en cuenta que el gasto del club en su propia infraestructura es bastante superior al de otras entidades menos profesionalizadas.

Así las cosas, la permanencia en Segunda supondría un espaldarazo muy importante para el futuro del club. Con ella se aseguraría la presencia en una categoría que otorga unos ingresos muy importantes -los televisivos generan 2,5 millones de euros actualmente al club- en una temporada en la que ya no habría que hacer frente a las exigencias monetarias del regreso al fútbol profesional.

Liberada esa cantidad, el mes de noviembre de 2014 marcará también la salida definitiva del club del concurso de acreedores y con ellos quedará liberado de las deudas con su pasado y será un club saneado de cara a futuro.