Pagada ya la novatada en unos primeros partidos que no hicieron justicia con el buen juego desplegado, el Deportivo Alavés comienza a remontar el vuelo y mucha culpa de ello la tiene un Natxo González que ha hecho carburar a un equipo claramente al alza que ha encadenado por primera vez en esta temporada dos victorias consecutivas. Los tres puntos logrados en Anduva dejaron un indudable poso de satisfacción en el técnico albiazul, que alabó los numerosos méritos de sus pupilos. "Todo llega en esta vida cuando hay paciencia y trabajo. Venir a este campo y no sufrir no se me pasaba por la cabeza. Sabíamos que, con el 1-3, teníamos un buen marcador pero también que debíamos finiquitar el partido. Con su segundo gol, nos ha tocado sufrir", reconoció de entrada.
El único debe achacable al plantel vitoriano fue, a su juicio, la falta de clarividencia para concretar alguno de los nítidos contragolpes que, con el Mirandés volcado al ataque, se produjeron tras el intermedio. "Estoy muy contento con el juego del primer tiempo. Luego, además de la clarísima de Toti, tuvimos dos o tres oportunidades para sentenciar. El partido estaba para ello. Todavía nos está costando eso, pero todo no puede ser", remarcó el preparador alavesista, quien lamentó el percance físico sufrido por Pepe Mora -a falta de pruebas, puede sufrir una rotura en el bíceps femoral- y la expulsión final de Jagoba Beobide que le hará perderse la próxima jornada ante el filial del Barcelona.
Tras haber sumado hasta ayer un pírrico punto en los cuatro anteriores desplazamientos, Natxo González hizo hincapié en que el Alavés aterrizó en Anduva con la lección bien aprendida. "Al final, los partidos anteriores te van dando unas vivencias y experiencias. Lo único que podíamos hacer era prevenir cosas que habíamos hecho mal anteriormente. El camino es éste. Nos hemos mantenido bien defensivamente y luego hemos aprovechado la velocidad de Toti y Guzmán en las transiciones. El encuentro se nos puso entonces muy de cara", se congratuló.
Con seis goles en los dos últimos choques ante el Sporting y el Mirandés, el Alavés se consolida como uno de los bloques con más dinamita de la categoría. Ya son 13 goles en 9 choques, aunque podían haber sido unos cuantos más. Sin embargo, su cabeza visible evitó lanzar las campanas al vuelo e instó al grupo a mantener la humildad. "Es cierto que ahora estamos teniendo pegada, pero hace un mes no. Al final, lo importante es generar ocasiones. Unas veces, estarás más acertado y otras menos. El objetivo es disponer de oportunidades para poder materializarlas", insistió el entrenador albiazul, para quien "el arreón final" protagonizado por el Mirandés en un campo de estrechas dimensiones como Anduva se fraguó únicamente gracias a su poderío en las jugadas a balón parado.
La clave de los tres puntos radicaron, a su entender, en la habilidad de los hombres atacantes para, en primera instancia, "encontrar espacios a la perfección" y, a continuación, "llegar en condiciones de concretar muchas jugadas". "El Mirandés llevaba hasta hoy -por ayer- unos números increíbles en la categoría con únicamente tres goles encajados. Les sorprendimos por nuestras transiciones que les han hecho daño. Cuando les robábamos el balón, sufrían problemas para replegar, pero son un equipo con una identidad clara, mucho alma y coraje", alabó Natxo González sobre un rival que se queda a tiro en la clasificación.