Vitoria. Una de cal y otra de arena. Con esta sensación aparentemente contradictoria en su interior compareció ayer Natxo González a la conclusión del encuentro frente al Hércules. Pese a que cabría esperar que tras obtener la segunda victoria del curso, en un encuentro importante y con un aparentemente cómodo marcador el técnico iba a ofrecer un discurso de satisfacción, no fue ese ni mucho menos el tono del que mostró el preparador alavesista. Y es que el máximo responsable del banquillo albiazul quiso rebajar el más mínimo brote de autocomplacencia y lanzó un claro y rotundo mensaje tanto a los jugadores como a los aficionados. "Estoy satisfecho por el resultado pero muy insatisfecho con el juego del equipo", espetó para comenzar.

El principal motivo del descontento de González radicaba en el comportamiento de sus discípulos hasta el descanso. Una fase del encuentro en la que, a su juicio, el rival fue superior al Deportivo Alavés. "Hemos estado mal, sabíamos que tienen jugadores de mucha calidad que te pueden hacer un traje si les dejas tener la pelota y tocarla y nos han hecho varias ocasiones hasta que han marcado", significó.

Más allá de los méritos del oponente, Natxo quiso poner de relieve los errores propios que facilitaron la tarea del Hércules. "Siempre que actuamos como locales tratamos de tener un inicio de partido intenso y fuerte pero tenemos que ser conscientes de que no siempre va a salir como contra el Sporting. Y cuando suceda eso, como ha sido el caso, ser capaces de darle una vuelta a la estrategia y buscar el partido de otra manera sin precipitarnos, algo que no hemos hecho", criticó.

En el análisis del técnico alavesista hasta el descanso recibieron valoraciones negativas todas las líneas del equipo. "Hemos estado desequilibrados, poco precisos en ataque y con muchas dudas en defensa. Lo mejor que nos ha podido pasar es acabar el primer tiempo con 1-1", detalló.

En cualquier caso, y como no podía ser de otra manera, Natxo también encontró algún aspecto positivo en el compromiso de ayer. "Este equipo lleva 18 meses demostrando que siempre da la cara. Jugando bien, mal o regular no baja los brazos nunca y a base de trabajo hemos conseguido meternos en el partido y a partir del segundo gol ya hemos dominado el encuentro y se ha jugado a lo que nos interesaba a nosotros", concluyó el preparador del cuadro gasteiztarra.