Vitoria. Llegaron para dar el salto de calidad al equipo y muchos de ellos apenas han tenido la oportunidad de aportar algo al colectivo. Varios de los fichajes que llegaron al Deportivo Alavés durante el mercado estival con la vitola de ser jugadores llamados a ser referentes del nuevo proyecto están pasando de puntillas por los partidos en este tramo inicial de la temporada. Y eso en el caso de los que han podido aportar algo, ya que varios de ellos han tenido minutos contados y alguno, como Nano, ni siquiera se ha estrenado aún en la competición liguera. Natxo González ha echado mano en estos primeros compromisos del curso de un bloque de futbolistas bastante definido, pero el preparador vitoriano necesita dar entrada cuanto antes a ese otro grupo que apenas ha tenido relevancia hasta la fecha. Y es que supuestamente en esas incorporaciones se iba a buscar subir el escalón de calidad de un conjunto que no ha rendido mal en cuanto al juego pero al que empiezan a ahogar los malos resultados. Esa necesidad de dar cabida a nuevas piezas se hace ya perentoria para conseguir un cambio de rumbo propiciado por aquellos que llegaron a Vitoria con el objetivo de ser los referentes albiazules en el regreso del equipo a Segunda División.
Las lesiones y las incorporaciones tardías han sido los impedimentos que han obstaculizado la mayor participación en el juego de unos cuantos fichajes. Varios de los nuevos pupilos de Natxo González llegaron a Vitoria en un estado no del todo óptimo, mientras que otros han sufrido a lo largo de las primeras semanas del curso diversas molestias físicas que han coartado su puesta a punto. De la mezcla de lo uno y lo otro ha surgido la merma en piezas de una plantilla que por momentos ha estado muy limitada pero que ahora parece ir cogiendo forma con la progresiva recuperación de todos sus componentes en los últimos días, aunque algunos, como Carlos Lázaro, aún permanecen en el dique seco.
El caso más sangrante, sin lugar a dudas, es el que representa Mauro Quiroga. El argentino es el único nueve puro del equipo y apenas ha disputado 55 minutos en los tres partidos en los que ha jugado a ratos partiendo desde el banquillo. El exdelantero de Las Palmas y Lugo fue contratado con la intención de que fuese la principal referencia ofensiva del equipo alavesista y en estos primeros partidos del curso su influencia ha sido nula. Tras un año prácticamente en blanco por una grave lesión de rodilla, se incorporó al equipo en un muy mal estado de forma y cuando se encontraba en progresión un esguince de rodilla le obligó a empezar de nuevo con la puesta a punto y el pasado sábado en Alcorcón fue de lo mejor del equipo en los minutos finales. Su presencia se antoja fundamental, ya que con su altura y corpulencia es una pieza que puede poner en jaque a las defensas rivales y que se ajusta a la perfección al estilo propuesto por el entrenador de Ariznabarra.
sin apenas alternativas La escasa presencia de Quiroga ha supuesto una merma considerable, pero la palma en este sentido se la lleva un Nano que ni siquiera ha debutado todavía en la competición liguera. Sus únicos minutos oficiales los jugó en la Copa, en un partido en el que sufrió un esguince de tobillo que se convertía en un nuevo contratiempo después de haber estado parado durante toda la pretemporada por una rotura de fibras. El gallego, llegado desde Osasuna, también estaba llamado a ser una pieza clave en el lateral izquierdo por su dilatada experiencia, pero lo cierto es que hasta la fecha no ha podido aportar absolutamente nada y su puesto ha sido propiedad exclusiva de Manu García.
Los casos de Nico Schenone y Jiri Jarosik han estado marcados por sus tardías llegadas a Vitoria, que unidas a sendos problemas físicos han impedido que jueguen algo más. Otros que fueron importantes en su momentos, como Pepe Mora y Carlos Lázaro, se vieron fuera del equipo cuando ya estaban ofreciendo un alto rendimiento a consecuencia de sendas roturas de fibras que les obligaron a parar. Por su parte, Juanma, un futbolista del que Natxo González ha echado mano siempre que ha podido, ha estado entrando y saliendo del equipo por culpa de unas molestias musculares de las que se le quiere preservar por los problemas de este tipo que el extremeño ha tenido en el pasado. Un caso especial es el de Oscar Serrano, quien apenas ha contado con minutos al no estar físicamente en condiciones óptimas para aguantar la exigencia competitiva tras unos cuantos años sufriendo lesiones de gravedad, mientras que Unai Medina no partía con esa vitola de pieza importante pero tampoco se puede recurrir a su presencia al arrastrar unos problemas de pubis.
Así las cosas, de las catorce incorporaciones realizadas en el pasado mercado veraniego, solo Goitia, Ortiz, Emilio Sánchez y Vélez han sido capaces de aportar sus virtudes al equipo de manera permanente, mientras que en los últimos compromisos a este grupo se ha sumado un Toti que fue de los últimos en llegar pero que no ha tenido problemas físicos y se ha ganado con rapidez la confianza de Natxo González, lo mismo que tienen que hacer el resto de fichajes para comenzar a aportar cuanto antes en positivo al Alavés, necesitado de la suma de todos sus elementos para seguir creciendo.