Vitoria. Se esperaba que el Deportivo Alavés tuviese un arranque de curso complicado por varios motivos y finalmente se está cumpliendo ese guión previsto de antemano. A los problemas propios de un equipo que aún se encuentra en plena fase de construcción y en el que muchas de las piezas llamadas a ser fundamentales apenas han tenido relevancia, se ha unido un calendario inicial extremadamente complicado en el que el equipo de Natxo González ha tenido que enfrentarse, sobre todo a domicilio, a varios de los equipos que partían con la vitola de aspirantes al ascenso y que ya desde las primeras jornadas han evidenciado que van a estar arriba al final del curso. De los siete partidos ya disputados, probablemente solo el Sabadell, y quizás en sorprendente Murcia, partían al inicio del campeonato con el objetivo de asegurar la permanencia en la categoría de manera más o menos holgada. El resto, los Girona, Las Palmas, Córdoba, Sporting o Alcorcón son equipos que o en las últimas campañas han estado peleando por el ascenso o que este verano han construido un proyecto para aspirar a llegar a Primera División. Y si bien como local el equipo vitoriano ha plantado siempre cara e incluso se ha dejado por el camino unos cuantos puntos que ahora aportarían mucha tranquilidad, a domicilio al conjunto albiazul aún le falta un punto de competitividad que se ha pagado ante oponentes de mayores recursos.
Tras este durísimo arranque liguero en el que, con la excepción del último partido, las sensaciones no han sido para nada negativas, se mete el Alavés de lleno en un tramo del curso en el que tendrá que verse las caras con muchos de los que van a ser sus rivales directos en la pelea por la permanencia. Sin ir más lejos, el duelo del próximo domingo contra el Hércules ha de estar marcado con letras rojas. No en vano, el cuadro alicantino marca la línea roja del descenso y se encuentra igualado a seis puntos con los vitorianos pero por detrás por su peor gol average general. Un cara a cara entre dos iguales en el que el equipo de Natxo González tendrá que dar la cara para sumar una victoria que le sirva para ganar puestos en la tabla y encarar sin excesivos agobios los siguientes compromisos ante varios de los que pueden ser sus rivales directos.
Y es que, tras ese duelo ante el Hércules le tocará al conjunto vitoriano visitar Anduva, un campo tremendamente difícil en el que el Mirandés volverá a sustentar de nuevo sus opciones de permanencia. Por potencial, el equipo de Gonzalo Arconada también está llamado a componer ese amplio lote que peleará por no sufrir, aunque en este caso los burgaleses ya han conseguido cierto colchón con un arranque de curso notable.
Llegará después -eliminatoria copera mediante en Girona- un equipo diferente a todos a Mendizorroza como es el imprevisible Barça B, mientras que una semana después tocará visitar a un Zaragoza que empezó muy mal pero que parece haber enderezado el rumbo. Eso antes de encarar un doble compromiso ante dos de los equipos que peor han empezado el curso, como son Tenerife y Castilla. Todo ello en un mes y medio que se presenta trascendental para los intereses alavesistas y que puede servir para marcar el grado de sufrimiento de toda una temporada.
De cara a estos compromisos venideros parece evidente que Natxo González tendrá que meter ya en dinámica de grupo a todos esos fichajes que apenas han podido aportar nada en este arranque de curso por culpa de las lesiones. El bloque de los jugadores que lograron el ascenso ha respondido bastante bien, pero se ha demostrado que solo con su aportación no es suficiente para tener tranquilidad durante todo el año.
Las contrataciones se realizaron para incrementar el potencial del equipo que logró la plaza en la categoría y hasta la fecha muy pocos han sido los que han aportado algo. Los bajos estados físicos y las lesiones se han convertido en el lastre de un buen grupo de futbolistas que apenas han aportado nada en el arranque del curso y que se consideran piezas vitales para potenciar el equipo. Son los casos, por ejemplo, de Nano y Quiroga, dos futbolistas llamados a ser titulares y que apenas han jugado. Otros, como Mora, Lázaro o Juanma han aparecido con cuentagotas y han estado lastrados por las lesiones. De todos ellos necesita el Alavés para dar un paso adelante en su crecimiento y afrontar con garantías el mes y medio de competición que le viene por delante y en el que habrá de enfrentarse a varios de los que se perfilan como sus rivales directos en la lucha por la salvación.
De momento, el conjunto albiazul sigue fuera de los puestos de descenso. La derrota del Hércules ante el Deportivo propicia que los vitorianos se mantengan en la decimoctava plaza con los mismos puntos que su próximo rival.