vitoria. Como la triste letanía que recitan los jueces cuando comunican la condena que les corresponde a los condenados. Cuatro años, tres meses y nueve días. Ese es el largo tiempo que ha sufrido el Deportivo Alavés sin poder degustar el agradable sabor de una victoria en Segunda División. Un ayuno al que puso fin el espectacular encuentro del pasado domingo contra el Sporting de Gijón.
La anterior muesca de esta particular colección databa del 13 de junio de 2009. Entonces, en la 41ª jornada del curso 2008-09, el combinado que adiestraba Javi López se impuso al Alicante del posteriormente albiazul José Carlos Granero por un gol a cero. El autor del tanto alavesista -que llegó en el minuto 61- fue un Óscar de Marcos que poco después partiría rumbo al Athletic.
Esa victoria, sin embargo, tuvo un sabor muy diferente a la cosechada ante el Sporting. Mucho más amargo. Y es que supuso el descenso virtual del Glorioso a la Segunda División B tras catorce temporadas ininterrumpidas en la élite (bien en Primera o Segunda). El empate del Las Palmas ante el Rayo (0-0) hizo inútil el triunfo albiazul, puesto que dejó a los canarios con tres puntos de ventaja a falta de una única jornada por disputarse. Sólo la remota posibilidad de remontar el golaverage -para lo que el Glorioso hubiese necesitado 16 goles- alargó la defunción oficial del equipo hasta una semana después pero el desastre fue inevitable.