Vitoria. Cinco partidos oficiales y un solo futbolista del Deportivo Alavés ha sumado todos los minutos (450) de la temporada. Luciano González ha mantenido en el arranque de este curso la continuidad que ya disfrutó durante la pasada campaña y, entre unas cosas y otras, es el único de los veintitrés hombres con los que cuenta Natxo González que ha encadenado los cinco primeros partidos completos. Y, además, todo hace indicar que los problemas con las lesiones en el eje de la zaga propiciarán que mantenga esa condición de indiscutible en la visita al Murcia, el que fue su anterior equipo antes de desembarcar en Vitoria.
Como ocurrió al inicio de la pasada temporada, parecía que Luciano no partía a priori con la condición de titular y su presencia en el equipo estaba destinada a la de complemento en el eje de la zaga para suplir a los que en teoría iban a llevar la responsabilidad defensiva. La lesión en pretemporada de Agustín le abrió las puertas del once inicial y, a partir de ahí, Natxo González confió ciegamente en el pontevedrés, que jugó de manera continuada (solo se perdió por sanción un partido de Liga y otro de Copa y no sufrió ninguna lesión en todo el año) durante todo el curso formando habitualmente pareja con un Javi Hernández al que también superó en la segunda vuelta liguera. Incluso a la hora de la verdad, en el play off, el técnico vitoriano no tuvo ninguna duda y apostó por un Luciano que quizá no era el mejor técnicamente pero que siempre le aportó saber estar, contundencia y veteranía en la defensa.
Sus registros fueron sobresalientes, con cuarenta partidos (37 como titular entre Liga y Copa (47 compromisos) y una suma de 3.405 minutos, siendo el cuarto jugador más utilizado por Natxo González solo por detrás de Óscar Rubio, Jaume y Manu García. Al cumplir las cláusulas que recogía su contrato de disputar un mínimo de treinta partidos y conseguir el ascenso, el gallego vio automáticamente renovado su contrato para el presente curso y aventajó de esta manera a unos Javi Hernández y Agustín que teóricamente partían con más opciones de mantenerse en la plantilla en Segunda.
Cuando el pasado mes de julio arrancó el nuevo proyecto, Luciano partía de nuevo con esa condición de complemento defensivo para los tres centrales de categoría que habían de ficharse, pero de nuevo las circunstancias y su buen rendimiento le han concedido la titularidad y todos los minutos oficiales. Entre llegadas tardías, faltas de adaptación y lesiones, Natxo González apenas ha dispuesto de jugadores para conformar su eje defensivo y el único que ha estado siempre disponible ha sido Luciano.
El gallego tiene a su favor el hecho de su experiencia con el técnico vitoriano, por lo que para él el período de aprendizaje ya está superado de antemano. Además, de los cuatro centrales fue el único que comenzó la pretemporada desde el primer día, ya que tanto Pepe Mora como Ortiz o Jarosik se incorporaron con el trabajo estival bien avanzado. Y, encima, es el único que no ha tenido ningún problema físico, ya que los tres jugadores con los que tiene que competir por el puesto ya se han visto obligados a parar esta temporada.
Así las cosas, el gallego conformó pareja de centrales con Pepe Mora durante las tres primeras jornadas y en ese tercer compromiso la entrada final de Ortiz propició una línea de tres. Tras lesionarse el central castellonense, y al no estar Jarosik aún en condiciones, Ortiz ha sido el encargado de formar dueto con Luciano en los dos últimos compromisos, una pareja que las necesidades obligarán a repetir de nuevo en Murcia.
Para el central pontevedrés será un partido especial, ya que el regreso a La Nueva Condomina es un reencuentro con el pasado. El gallego llegó al club pimentonero en Segunda B en la campaña 2010-11 y fue una de las piezas clave en el ascenso, pero la siguiente campaña en la categoría de plata apenas contó con oportunidades. De ahí hizo las maletas de nuevo hacia la categoría de bronce y de nuevo con el objetivo de subir de la mano del Alavés. Lo logró otra vez siendo el referente en el eje de la zaga y esta campaña quiere encontrar con la camiseta albiazul esa continuidad en Segunda que solo disfrutó en la temporada de su estreno en la categoría, la 2004-05, con el Pontevedra.