vitoria. La Segunda División es una categoría con unas características muy particulares que acostumbra a cobrar un costoso peaje a los que tienen la suerte -o la desgracia según los casos- de aterrizar en ella. Bien lo saben los dos conjuntos que se van a enfrentar esta tarde en Mendizorroza. Con el aroma festivo del ascenso todavía reciente en el caso del Deportivo Alavés y la hiel del descenso en el paladar del Zaragoza, ambos equipos han firmado un primer mes de competición con unos números nada tranquilizadores. Bien es verdad que las sensaciones transmitidas por vitorianos y maños son radicalmente diferentes y que mientras que los primeros han protagonizado un juego notable por momentos los segundos han enlazado decepción tras decepción. Pero la siempre terca realidad estadística refleja que únicamente un punto les separa en la clasificación. Por todo ello, aparcar momentanemante la Liga para afrontar el estreno en la Copa del Rey supone, al menos en el caso del Glorioso, la atractiva posibilidad de buscar un trago reparador.
Y es que pese a que las buenas prestaciones exhibidas por el plantel de Natxo González sobre el césped han servido para evitar que se genere una preocupación prematura y los nervios hagan acto de presencia, lo cierto es que el combinado de Mendizorroza aún no conoce la victoria después de los cuatro primeros compromisos oficiales y ese ansiado estreno no puede demorarse demasiado si no se quiere caer en una dinámica peligrosa.
De este modo, y aunque no haya tres puntos en liza, la cita de esta tarde adquiere una relevancia destacada. Un triunfo sobre el Zaragoza tendría, sin duda, un efecto balsámico para el estado anímico de la plantilla y la afición. Es cierto que la victoria no se traduciría en un salto clasificatorio pero sí supondría una importante inyección de confianza y la confirmación de que el camino recorrido hasta el momento, pese a que el balance de resultados no haya sido todo lo positivo que cabría esperar, es el correcto para poder aspirar a cumplir los objetivos marcados con cierta tranquilidad. Además, claro está, de avanzar un paso más dentro de la siempre atractiva Copa del Rey con las positivas repercusiones económicas y deportivas que de ello se derivarían.
Por otro lado, no conviene olvidar que pese a que aparentemente no atraviese ni mucho menos por su mejor momento el adversario de turno ocupaba hasta hace apenas unas semanas una plaza dentro de la elitista Liga de las estrellas y cuenta con un currículo al alcance de no demasiados. En consecuencia, un resultado adverso para los intereses albiazules no podría calificarse, a priori, de sorpresa teniendo en cuenta el potencial del Zaragoza. Además, en el seno de la entidad del Paseo de Cervantes todo el mundo tiene claro que el objetivo prioritario -y prácticamente único- del curso es asegurar la permanencia un año más en la categoría de plata. Decir adiós a las primeras de cambio al torneo del K.O. por lo tanto sería un tropiezo que no contribuiría al asentamiento del Alavés en esta exigente Segunda División pero en ningún caso podría catalogarse de fracaso.
Tratando de aunar todos estos factores, Natxo González apurará al máximo las posibilidades que le ofrece el estado de su plantilla para presentar un equipo competitivo con opciones de acceder a la siguiente ronda y, al mismo tiempo, introducir en la dinámica del grupo a aquellos que menos oportunidades han tenido hasta el momento.
Pese a que el preparador vitoriano citará hoy a todos los hombres disponibles y no desvelará los dieciséis elegidos para conformar la convocatoria hasta momentos antes del inicio de la contienda, todo apunta a que la fisonomía del equipo variará notablemente respecto al que el pasado sábado se midió al Sabadell. Con Beobide, Mora y Jarosik descartados por lesión y Quiroga recién reintegrado al grupo (lo que hace bastante improbable que entre en la lista), el margen de maniobra del técnico se reduce pero aún así, introducirá numerosos cambios. El primero, afectará a la portería, donde Goitia cederá su puesto a Iván Crespo. En la zaga, Unai Medida podría suplir a Óscar Rubio y Nano a Manu García en los laterales mientras que Luciano y Alex Ortiz repetirían como centrales. A partir de ahí, se abre un amplio abanico de posibilidades en el que resulta complicado apostar por una. Quizás Jaume, Schenone, Óscar Serrano, Emilio Sánchez, Juanma y Laborda son los que cuentan con más opciones.