vitoria. A escasas fechas del pistoletazo de salida del torneo liguero, Natxo González irradia cierto optimismo. Tras conservar buena parte del esqueleto que posibilitó hace unos meses el ansiado ascenso, el técnico tiene claras las virtudes que desea para la nueva andadura en Segunda. El éxito volverá a fundamentarse en un férreo trabajo de contención que prive a los rivales de ver puerta. "Nuestra intención es, sobre todo al inicio de temporada, tratar de encontrar esa estabilidad defensiva y, a partir de ahí, ir creciendo. Tenemos la ventajas y seguridad de contar con una buena base del año pasado y eso me da mucha confianza. Hay muchas cosas trabajadas del año anterior, no empezamos de cero y esa continuidad de buena parte de la plantilla nos brinda tranquilidad", reconoció.

En espera de que se concreten los últimos cuatro refuerzos, dos centrales, un mediocentro y un interior zurdo, el preparador alavesista mostró su satisfacción por el grupo confeccionado dentro de las limitaciones económicas. "Hay un presupuesto que hay que cumplir y, a partir de ahí, tienes que ver el tipo de jugador que quieres manejar. Estoy contento, porque buscábamos lo mismo que el año pasado, esto es gente honrada, comprometida y con ilusión en nuestro proyecto", resaltó el preparador vitoriano, que evitó dar por cantada la titularidad en las primeras jornadas de los héroes que el pasado ejercicio pusieron fin a la larga travesía por el desierto en Segunda B. "Hay jugadores que se están adaptando más rápido a lo que queremos y otros a los que les está costando más. Esto es siempre así. Los que antes se acoplen, son los que empezarán jugando", zanjó.

También reclamó a sus pupilos un cambio de mentalidad al recordar que "la pasada campaña éramos el rival a batir, el equipo poderoso dentro de la categoría, y este año no es así", dejando entrever que el objetivo no puede ni debe ser otro que la permanencia. "Seguro que la gente sabe que no será la misma situación. Nosotros somos los que debemos ofrecer esa imagen de trabajo y seriedad a la hora de ganar los partidos que se requieran para cumplir los objetivos", remarcó.

Ni siquiera la demora en la llegada de los centrales supone una excusa para afrontar con garantías una temporada maratoniana en la que el Alavés se medirá a rivales históricos. "Lo ideal hubiera sido que desde el principio hubiésemos estado todos. Ofensivamente estamos cogiendo los automatismos, pero lo que echo a faltar es el trabajo más específico de la línea defensiva. Ahora es el mayor deficit que podemos sufrir, pero en la medida de lo posible trabajaremos al máximo para afrontar el primer partido con garantías. Además, los que puedan llegar no son novatos, sino que la idea es incorporar futbolistas contrastados en la categoría", puntualizó el técnico, para quien "Albizua es una de las opciones, pero no nos cerramos otras puertas".

Acostumbrado a medir todas sus palabras y no dejar llamativos titulares en sus comparecencias, esta vez hizo una excepción cuando se le cuestionó por los 8.000 abonados con que cuenta ahora el Alavés. "Me parece una cifra baja. Igual soy un iluso, pero tenía ilusión de llegar a los 10.000. Habrá un último tirón porque la gente está de vacaciones, pero esperaba más. Estarán los de siempre, los que no fallan desde hace años y dan esa estabilidad y ánimo con independencia de la categoría en la que estemos", concluyó.